La bachata le ganó a la Vendimia: crónica del furor por Romeo Santos

Desde hace dos semanas hay fila para comprar entradas, pero no para el Acto Central. Pelea entre las “bachateras” y las amantes de la tradición vendimial.

Por Sofía Ferández



“Soy capaz de lo incapaz por él”, decía Brenda, quien le
rinde culto a Romeo Santos, el nuevo “rey” de la Vendimia. Habían pasado dos
semanas desde que Brenda y sus amigas llegaron al Le Parc para ser la primera
en conseguir una entrada para la tercera repetición. Y ayer terminó la espera,
cuando el Gobierno decidió adelantar la venta de entradas. 



Como ya es tradición, hubo cola por los tickets para la
Fiesta de la Vendimia. Pero esta vez la “odisea” no la encararon para ir al
Acto Central, sino para la tercera repetición. La “bachata” le ganó a la
Vendimia. El fenómeno de Romeo Santos, quien se presentará en la tercera
repetición, abarcó todo.



El Gobierno decidió adelantar la venta de entradas debido a
la cantidad de gente y a la tormenta que se espera para hoy.



Cerca de 300 carpas de todos los tamaños y colores, con
alrededor de mil personas, familias, grupos de amigos, adultos mayores y bebés
esperaron bajo la lluvia y el sol para conseguir una entrada. La gran mayoría
eran mujeres integrantes de algún grupo de fans de Romeo Santos, pero también
hubo quienes esperaron por el ticket para el Acto Central.




La comunidad bachatera compartió carpa, mate, facturas,
carteles e historias de fanatismo. Brenda esperó afuera del Le Parc dos semanas
para conseguir el bendito pase que le daría la posibilidad de conocer a su
ídolo. Otras muchachas afirman que su encanto está en la voz, en las letras de
sus canciones, en el ritmo, o como Romina, que admira de Romeo “que no
discrimina, a él no le importa si sos gorda o fea”. Varias de las jóvenes
comentaron que piensan ir directamente al show, no a la repetición de la fiesta.



Las defensoras de la Vendimia



En la vereda opuesta, pero compartiendo fila estaban los
amantes del espectáculo vendimial. “Romeo Santos no es tradición”, afirmaba
Marisa, una mujer que aguardaba desde hace una semana en el Le Parc por
conseguir una entrada para el Acto Central.



“Amo la Vendimia, los colores, los bailarines, la Virgen de
la Carrodilla, siempre hay algo nuevo, cada vez más luces, me encanta y me
sorprende en cada nueva edición”, continuaba la mujer, quien mate en mano y
sentada en una reposera conversaba con “las chicas”: Se trata de un grupo de
cuatro mujeres que se conocieron hace varios años en la fila y desde entonces
se unen para concretar esta hazaña vendimial.




Esta es la primera vez que la venta se realiza en el espacio
cultural Julio Le Parc. Hubo quejas en cuanto a la seguridad de la zona, ya que
sólo hay policías al inicio de la cola, y dos bicipolicías al final. Sara, de
Las Heras, aguardaba desde la semana pasada por su entrada y comentó a Diario
Vox que los hechos de inseguridad han sido frecuentes, incluso peleas entre
fanáticas de Romeo Santos que se quisieron colar. “Anoche robaron acá en la
esquina, enfrente de la policía. También se pelearon las chicas de más adelante
(señalando las carpas) porque viene una pone la carpa y después se colan
treinta. Alguien debería controlar”, resaltó la joven.



Aurelia, de Las Heras, sentada en un banco compartiendo
mates y facturas con otras damas, fue la más crítica con la organización de la
Vendimia y explicó: “Hace muchos años que voy a la fiesta y nunca han dado
tanto protagonismo a los artistas de afuera. En el exterior no invitan a los
cantantes mendocinos, los tontos son los que esperan por Romeo Santos, eso no
es Vendimia”. Pero Aurelia, o “Lela” como la conocen todos, pasó a la acción:
como forma de protesta, bailó una bachata en la fila. 



Otras mujeres pertenecientes a la familia de la fila
criticaron la ausencia del folclore: “Al que realmente le gusta Vendimia
disfruta del folclore cuyano, la tonada y la cueca te emocionan hasta las
lágrimas, te eriza la piel. Estos artistas no representan a nuestra cultura.
Romeo Santos faltó el respeto a Mendoza diciendo que venía a un pueblucho. El
tipo creció marginado, ahora que tiene plata desprestigia a nuestra ciudad, y
ahí van los tontos y le pagan la millonada que pide. ¿Por qué no arreglan el
conflicto con los viñateros con esa plata?¿Por qué no le aumentan a los pobres
docentes que cobran miseria?, una vergüenza”, defendía, indignada, Marisa,
quien esperó una semana para comprar la entrada para el Acto Central.