Filósofos en protesta: “Los alumnos no van a buscarla ni en Wikipedia”

En el nuevo secundario desaparecerá la materia Filosofía.Y desde esa carrera cuestionan la medida. Quiénes son y cómo piensan los hombres que “viven de pensar”.

Por Horacio Yacante



La implementación del nuevo secundario afectará a muchas
áreas del conocimiento que desaparecerán o “mutarán” con la nueva currícula.
Una de las “víctimas” es filosofía. Por eso los filósofos medocinos salieron a
cuestionar la medida. Y proponen abrir la discusión sobre qué educación quiere
tener Mendoza.



Maciel Rodríguez tiene 25 años y estudia el segundo año de
la Licenciatura en Filosofía en la UNCuyo. A la hora de preguntarse qué hace
sentado en la hora de Hermenéutica, recuerda que hubo poemas que leyó y
canciones que tarareó, que lentamente lo condujeron a entender que su futuro
estaba en pensar y buscar la manera de entender lo que siente y así poder
sentirse más libre.



“Siempre que el hombre se hace una pregunta esencial, llega
al ámbito de la filosofía, ya que en el tratamiento con los sucesos cotidianos,
siempre aparecen preguntas radicales frente a la muerte o alguna situación
límite”, explica Daniel von Matuschka, profesor de Estética y director del
Departamento de Filosofía.



¿De qué vive un filósofo?

Siempre que un padre o madre escucha que alguno de sus hijos
quiere estudiar Filosofía lo primero que se le pasa por la mente es de qué va a
vivir, qué trabajo va a conseguir con ese título. Sin embargo, a diferencia de
lo que algunos pueden pensar, no hay filósofo que se muera de hambre y “hasta
ahora se puede vivir gracias a la docencia y la investigación”, afirma Oscar
Santilli, profesor de Hermenéutica.



Pero no es el único camino, gracias a su formación
analítica, sus conocimientos avanzados en griego y latín y una disciplina de
estudio sumamente rígida, los egresados consiguen trabajo en otras áreas como
la editorial e incluso en ámbitos tan disímiles como el financiero, al que
acceden realizando maestrías en negocios. “Esto no representan ninguna
sorpresa, ya que la formación del filósofo le permite aprender otras
profesiones con mucha más facilidad”, explica Santiago Gelonchvillarino,
profesor de Epistemología.



La importancia de llamarla por su nombre



Von Matuschka comenta que el peligro de reemplazar la materia
Filosofía con otra llamada “Formación para la vida y el trabajo” no solo les
quita la exclusividad en la incumbencia, sino que también distorsiona cómo las
nuevas generaciones se relacionan con el pensamiento. “Si les cambia la
palabra, después no la van a buscar en Wikipedia”, comenta.



Por su parte, Agustín Salomón, estudiante avanzado y
docente, comenta que justamente esta palabra es la que abre el debate dentro de
las aulas. “Se establece una diálogo en la clase, que propician la
participación y ayudan a entender la realidad”.



Utilitarismo inútil



La primera pregunta ante el motivo de la quita de horas en
las nuevas orientaciones de la nueva escuela secundaria está sustentada en que
no todas necesitan de la formación filosófica, ya que se van a centrar en otras
áreas de “mayor utilidad”. 

Santilli refuta este concepto al asegurar que la
filosofía excede a la utilidad, ya que propicia el pensamiento crítico en los
jóvenes, que adquieren mayores posibilidades de entender el mundo en el que
viven y así poder desarrollarse. “Toda medida que tienda a eliminar la
filosofía de la enseñanza en todos los niveles, tiende a reducir los márgenes
de la libertad, las posibilidades de la consumación del bien y la restricción
de alcanzar la felicidad.”, fundamenta.