El nuevo Papa y su paso por Mendoza: así fueron las visitas de Prevost a una parroquia de Ciudad
La elección del cardenal estadounidense Robert Prevost como el nuevo papa León XIV despertó especial emoción en América Latina, donde el flamante pontífice dejó una huella profunda tras décadas de misión y trabajo pastoral. A pesar de haber nacido en Chicago, Prevost tiene también ciudadanía peruana, fruto de sus años de labor evangelizadora en el país andino.
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En Mendoza, la parroquia San Agustín del barrio Bombal recibió la noticia con particular entusiasmo, ya que el ahora sumo pontífice había visitado la provincia antes de ser nombrado Papa. Su actual párroco, Julio Ríos, recordó emocionado los tiempos en que compartió momentos de formación y comunidad con Prevost.
"Él nos visitaba regularmente. Era una ocasión de mucha alegría para nosotros. Es sencillísimo, humilde, un hombre muy bueno y fue muy cercano a nosotros", relató en diálogo con el canal TN.
Prevost ingresó en 1977 al noviciado de la Orden de San Agustín (OSA), donde más tarde llegaría a ser superior general. Desde ese cargo, visitó distintas comunidades religiosas, incluida la mendocina, donde dejó una impresión duradera.
"Compartimos ratos de formación, de diálogo, de comidas. La verdad que no deja de sorprendernos verlo en esta situación, pero al mismo tiempo es una alegría", afirmó Ríos, destacando que su antigua cercanía espiritual ahora se proyecta desde el Vaticano.
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El sacerdote mendocino también resaltó el sentido de servicio que caracteriza a los agustinos y que, según él, marcará el pontificado de León XIV. "La Iglesia te puede encomendar servicios. Él ahora está en un cargo de absoluto servicio: siervo de los siervos de Dios", dijo.
Para Ríos, el compromiso con la comunidad es el núcleo de la vida religiosa agustiniana, algo que Prevost vivió en carne propia durante casi dos décadas en zonas rurales sin electricidad ni agua.
El impacto de los agustinos se extiende actualmente a más de 40 países. Su acción combina educación, formación teológica, misiones, pastoral y trabajo social, con un enfoque adaptativo que prioriza la inserción cultural y la respuesta a las necesidades locales. Ese espíritu misionero, afirman en la parroquia mendocina, define también la mirada del nuevo pontífice.
La elección de León XIV como primer papa agustino en la historia moderna y primer estadounidense en ocupar el trono de Pedro fue recibida con júbilo en distintas comunidades religiosas del continente.
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Para quienes lo conocieron, como el padre Ríos, su designación no es solo un hecho histórico, sino una oportunidad de renovar el compromiso eclesial con los más humildes.
"Todo conocimiento que uno pueda adquirir es para el servicio del pueblo de Dios", resumió Ríos, convencido de que la trayectoria del nuevo papa será guiada por la misma vocación de entrega que compartieron durante sus años de formación y misión.
