El desempleo entre los jóvenes triplica al resto
Por Horacio Yacante
En Mendoza, ser menor de 30 años es sinónimo de tener menos
chances de conseguir empleo. No sólo la edad, sino también el nivel de estudios
alcanzado, la falta de experiencia y la impericia para tomar decisiones de
riesgo limitan el interés de los reclutadores y selectores de recursos humanos
para las empresas de nuestra provincia.
De acuerdo a los datos publicados en la Encuesta Anual de
Hogares Urbanos (EAHU), durante el tercer trimestre de 2013 (últimos datos
oficiales), la desocupación se mantuvo en el orden del 4,3 por ciento, es decir
que uno de uno de cada veinte mendocinos que busca trabajo, no logra insertarse
en el mercado laboral. Esta cifra, que puede ser tomada como “baja o aceptable”
se vuelve especialmente preocupante en hombres y mujeres de hasta 29 años, donde
el porcentaje se eleva en el orden del 7,9 por ciento en los primeros y del
10,5 por ciento en las segundas.
Para tener una idea, en el caso de los hombres, la
desocupación entre personas de más de 30 años es de sólo el 2,7%. Es decir que
la desocupación de los jóvenes casi triplica a la del resto.
Una cuestión de
experiencia
Las condiciones económicas locales tampoco son las
propicias. Rumores de despidos y confección de listas de “recursos
prescindibles”, desfavorecen la toma de nuevo personal, mucho menos si no está
calificado completamente para el puesto.
Victoria Erice, coordinadora de Servicios de la Consultora
Ases, explica que en una época como la que estamos viviendo, donde se espera
que el personal rinda al cien por ciento para tratar de superar los obstáculos
financieros actuales, no se puede destinar el tiempo y dinero necesarios para
que adquieran el nivel del resto.
Los que “no quieren
trabajar”
Marcelo Minuschin, director del Grupo Quality, comenta que
otro factor que conspira contra la empleabilidad de los jóvenes –por los menos
en zonas rurales–, es la falta de interés que muchos tienen por poseer un
“trabajo en blanco”, ya que esto los imposibilitaría de seguir recibiendo
asignaciones familiares o becas de los gobiernos nacional o provincial.
Esto no es privativo del ámbito rural, lo mismo ocurre en
los sectores urbanos con los puestos junior o de vendedores de tienda, donde no
se solicitan mayores requisitos que la buena presencia, estudios básicos y la
capacidad para llamar y retener la atención de potenciales clientes.
Buscadores entrenados
Muchas veces no conseguir trabajo es una consecuencia
directa de no saber buscar. Victoria Erice sostiene que otra de las razones por
la que los jóvenes no obtienen el trabajo deseado es porque no cuentan con la
conducta necesaria.
“Quien tiene más de treinta años ya pasó por varias crisis
económicas y sabe los que es caminar y buscar”, grafica Erice, y sostiene que
la búsqueda también es un aprendizaje que trae la ventaja extra de formar el
carácter de los futuros empleados.
