Cerro Aconcagua: el Coloso de América mide 6.960,8 metros

Un informe realizado por un equipo integrado por científicos de diversas instituciones académicas de Mendoza, nacionales y del exterior, dio a conocer los resultados de sus complejas investigaciones alrededor del Cerro Aconcagua en un acto realizado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo.

El dato más esperado: el Coloso de América tiene una altura de 6.960,8 metros sobre el nivel medio del mar.
Presidió el acto el rector de la Universidad Nacional de Cuyo, Arturo Somoza, a quien acompañaron en la presentación institucional la decana de Filosofía y Letras, Adriana García; el subdirector del Instituto Geográfico Nacional (IGN), Julio Benedetti, y el director de Recursos Naturales Renovables del Gobierno de Mendoza, Daniel Gómez. La presentación técnica estuvo a cargo del director del Programa SIGMA (Sistema de Investigación Geodinámica del Monte Aconcagua), Luis Lenzano, y del responsable de las mediciones y futuro director del IGN, Sergio Címbaro.
El director del SIGMA destacó el carácter solidario y de construcción colectiva que inspira al programa, “superando las estructuras individualistas” que suelen predominar en el mundo científico. En ese sentido, menciónó la participación de la UNCuyo, la Universidad Nacional de Rosario, del Instituto de Ciencias de la Tierra filial Mendoza, del IGN, de las Universidades estadounidenses de Memphis, Hawaii y Ohio.
Junto con esa colaboración, hizo hincapié en el aporte financiero que sustenta las actividades por parte de la Agencia Nacional de Ciencia y Técnica, del CONICET, de la UNCuyo y de la National Sciences Foundation de Estados Unidos.
Lenzano expuso, en una rápida enumeración, las numerosas investigaciones de diversas características llevadas a cabo en sitios clave selccionados alrededor del Aconcagua, utilizando instrumental y tecnologías de última generación, con el objeto de determinar de manera certera el comportamiento de los glaciares. Estas investigaciones, apuntó por otra parte, forman parte de un programa internacional de estudio de los Andes Centrales, que a través de 2.700 puntos y 100 estaciones tiene como objetivo “medir las variaciones que registra la corteza de la Tierra”. En ese marco situó “dos años de mediciones con GPS y de gravedad” para determinar “la altura del Aconcagua”.
Sergio Címbaro explicó por qué era necesaria una nueva medición del Coloso de América. El único antecedente que había al respecto era una investigación realizada por la Universidad de Buenos Aires en 1956, que dio como resultado una altura de 6.959,6 metros. Tras 56 años, y teniendo en cuenta los progresos alcanzados en investigación científico, se hacía necesaria una nueva medición aplicando los instrumentos científicos actuales.
En ese sentido, el científico advirtió que “hoy no son comparables los datos, no se puede decir que la altura del cerro aumentó o disminuyó” entre las dos mediciones, precisamente por las distintas metodologías de investigación utilizadas.
Sin embargo, subrayó y, de alguna manera, se felicitó de que entre el resultado obtenido ahora, de 6.960,8 metros, y el anterior, “la diferencia sea de apenas 1,20 metros”. “No se puede decir que el cerro aumentó porque la tecnología de medición no es comparable. En cambio, sí vamos a poder comparar la altura a partir de ahora gracias a la instalación durante la expedición de una estación GPS (Sistema de Posicionamiento Global) en el cerro”, detalló Cimbaro.
Este sistema, indicó el científico, permitirá obtener “un monitoreo más detallado sobre la corteza de la Cordillera de los Andes”, la columna vertebral de Sudamérica, producto de la colisión de placas tectónicas que sufren cambios paulatinos, en especial con los sismos de las últimas décadas, como el que padeció Chile en febrero de 2010.
Cimbaro fue uno de los expertos que en febrero pasado participaron de una amplia expedición para establecer la altura del llamado “techo de América”. La expedición tuvo como objetivo medir la altura de la montaña por medio de estudios de gravedad (gravimetría), que difieren del sistema GPS, que no da referencia con respecto al nivel del mar.
Los expertos realizaron tareas de seguimiento de glaciares y placas tectónicas y debieron enfrentarse a problemas de aclimatamiento “severos” que se producen a partir de los 4.500 metros de altitud.
No todos los miembros de la expedición, de hecho, lograron llegar a la cima, incluido Sergio Cimbaro, que tuvo que descender por un “edema periférico”.
Alrededor de 7.000 andinistas ascienden anualmente a las alturas del Aconcagua, la mitad de los cuales intentan hacer cumbre, pero suman unos 150.000 los que visitan el Parque cada año, una gran parte ellos extranjeros.