Buscan determinar si hay fetos enterrados en el Próvolo

La justicia busca encontrar pruebas sobre los abusos cometidos por sacerdotes, entre ellas rastros de fetos humanos que, según las víctimas, fueron enterrados en el predio.


La Gendarmería nacional comenzó ayer un nuevo allanamiento en el Instituto Próvolo de Luján de Cuyo, que continuará durante una semana, y con el que la justicia busca encontrar nuevas pruebas sobre los posibles abusos cometidos por sacerdotes, entre ellas rastros de fetos humanos que, según las víctimas denunciantes, fueron enterrados en el predio.


De acuerdo a lo que informaron fuentes judiciales, la Gendarmería Nacional comenzó cerca de las 8 una nueva inspección en el predio del Próvolo, con el objetivo de realizar un relevamiento en el lugar, mediante un escaneo por georadar solicitado por las partes.


“Están inspeccionando el lugar, se mandó a limpiar el terreno la semana pasada y ahora Gendarmería, con un georadar, busca movimiento de tierra subterráneo o cosas que pueden estar enterrados”, dijo a Télam uno de los abogados querellante e integrante de la ONG de derechos humanos Xumek, Juan Dantiacq.


“Asimismo estamos en espera de los informes, si encontraron algo en el predio, y en caso de ser positiva la búsqueda se procederá después a la excavación en el lugar demarcado”, concluyó el abogado.


La inspección es por la denuncia de víctimas que indicaron que en el lugar -un predio de unas seis hectáreas- había cuerpos y fetos enterrados en frascos.


El Próvolo está ubicado en el distrito Carrodilla, del departamento de Luján de Cuyo, y allí se daba asistencia a niños hipoacúsicos.


La última detenida por los abusos en el Instituto fue la cocinera, Noemí Paz (59), quien fue aprehendida y trasladada el 12 de diciembre a la cárcel de mujeres el Borbollón imputada como “partícipe primaria en abuso sexual agravado”, señaló en su momento el fiscal de la causa, Gustavo Stroppiana.


La causa por abusos a chicos sordos e hipoacúsicos en el Próvolo ya tiene 15 imputados, y a tres de ellos se les concedió la prisión domiciliaria: el cura italiano Nicolás Corradi (82 años); la monja japonesa Kosaka Kumiko (42), y la ex representante legal Graciela Pascual.


Por la misma acusación continúan en prisión el cura Horacio Corbacho (56), el monaguillo Jorge Bordón (50), el jardinero Armando Gómez (46) y José Luis Ojeda (41), empleado del Próvolo.


A los cuatro alojados en cárceles y a los tres que cumplen prisión domiciliaria se suman otros ocho ex empleados en el listado de imputados, entre ellos la también monja Asunción Martínez y cuatro ex directoras del Próvolo.