Avistaje histórico: los misteriosos felinos que aparecieron en Mendoza
La biodiversidad mendocina volvió a dar señales de vitalidad con la aparición de un yaguarundí, también conocido como gato moro, una especie difícil de avistar en la provincia. Se lograron fotografiar y filmar dos ejemplares en el Valle de Uco, un hecho considerado significativo por especialistas en conservación.
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El registro se produjo en una zona rural de Tunuyán, cuando un vecino que circulaba por un camino de tierra divisó a los felinos y grabó el momento en que cruzaban la ruta.
El material fue entregado al Departamento de Fauna Silvestre, dependiente de la Dirección de Biodiversidad y Ecoparque, que destacó la importancia de este tipo de aportes para el monitoreo de especies.
En Mendoza, los reportes de yaguarundí son escasos. El último antecedente había sido en 2021, cuando cámaras trampa instaladas en campos cercanos a la Reserva de Biósfera de Ñacuñán lograron captar imágenes de este felino.
Un regulador clave en los ecosistemas
El yaguarundí (Herpailurus yagouaroundi) es un felino pequeño a mediano, de cuerpo alargado, cabeza aplanada y orejas cortas. Su pelaje puede variar entre tonos rojizos y grisáceos. A diferencia de otros gatos silvestres, es diurno, lo que le permite compartir territorio con depredadores mayores, como el puma, sin competir directamente.
Su rol es central: actúa como controlador de poblaciones de pequeños mamíferos, aves, reptiles y anfibios, ayudando al equilibrio biológico.
Sin embargo, enfrenta múltiples amenazas, entre ellas la pérdida de hábitat, los atropellos en rutas y la persecución humana, ya que suele ser injustamente considerado un riesgo para aves de corral.
