Le revocaron la domiciliaria a Julieta Silva y la trasladaron a la cárcel

La joven de 30 años volvió al penal de San Rafael después que la Corte Suprema de Mendoza rechazara un pedido de su defensa. Estará en prisión al menos hasta marzo.


Julieta Silva, condenada a 3 años y 9
meses de cárcel por haber atropellado y matado a su novio a la salida de un
boliche, fue trasladada al penal de San Rafael tras revocársele la prisión
domiciliaria.





El
traslado de la joven de 30 años, que se realizó ayer por la tarde, fue ordenado
por el juez Rodolfo Luque luego de que la Corte Suprema mendocina rechazara un
pedido de su defensa para elevar el caso a la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.





La
defensa apuntaba a lograr la absolución de la joven o, al menos, morigerar la
pena de 3 años y 9 meses que le impuso el tribunal de San Rafael en septiembre
de 2018 por la muerte de Genaro Fortunato.





El Código Procesal Penal establece que, tras el rechazo
del recurso extraordinario federal, debe cumplirse la pena de encierro.





La joven permanecerá en el penal de San Rafael hasta
marzo del año próximo, cuando podrá solicitar la libertad condicional.





De
todos modos, antes de esa fecha podría acceder a otros beneficios, como salidas
transitorias, debido al tiempo que lleva
cumplido de su sentencia.





En la madrugada del 9 de septiembre de 2017, Julieta
Silva y Genaro Fortunado salieron del boliche La Mona y comenzaron a discutir.





Según la investigación la joven se subió a su vehículo y
el rugbier se acercó por el lado de la ventanilla.





Cuando
aceleró, el joven quedó tendido en el suelo. Julieta Silva avanzó algunos
metros, luego regresó y atropelló a la víctima, quitándole la vida.





El
fiscal Fernando Guzzo pidió una condena a 14 años de calificación por homicidio
agravado por el vínculo pero atenuado por emoción violenta, mientras que el
abogado de la familia Fortunato reclamó la prisión perpetua y la defensa
solicitó la absolución.





Los
jueces Rodolfo Luque, Julio Bittar y María Eugenia Laigle decidieron finalmente
condenar a Silva a 3 años y 9 meses de cárcel bajo el cargo de “homicidio
culposo agravado por la conducción antirreglamentaria”.