Las idas y vueltas de la B Nacional

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Independiente Rivadavia y Gimnasia y Esgrima conocieron ayer el orden de rivales que tendrán en la próxima temporada.

Independiente Rivadavia y Gimnasia y Esgrima, los equipos mendocinos que compiten en la Primera B Nacional, conocieron ayer el orden de rivales que tendrán en la temporada que comenzará -si nada extraño ocurre porque con el fútbol argentino nunca se sabe- el 25 de agosto.

La Lepra debutará ante Los Andes de visitante, en la segunda fecha recibirá a Central Córdoba de Santiago del Estero y en la tercera visitará a Almagro.

El Lobo, por su parte, hará su debut como local ante Temperley, luego visitará a Mitre de Santiago del Estero y después recibirá a Chacarita Juniors.

El clásico mendocino será en la quinta fecha, que tendrá lugar el fin de semana del 22 de septiembre.

Todo esto hay que tomarlo con pinzas porque el fútbol argentino en general y el golpeado fútbol de ascenso en particular están dados vueltas. Lo que hoy se dice, mañana se contradice y que los clubes hagan lo que puedan. Es tan alarmante la desorganización de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), con el inefable Chiqui Tapia a la cabeza, que día a día hay que saber que todo puede cambiar.

Veamos qué pasó en la Primera B Nacional el último mes.

En julio, cuando estaba terminando el Mundial de Rusia, se hizo el anuncio: la Primera B Nacional en la temporada 2018/19 no iba a tener descensos ni promedios. Se iba a jugar todos contra todos. La idea era que en la temporada 2019/20, con ascensos masivos desde la Primera B Metropolitana y el Federal A, el torneo se dividiera en dos zonas: zona Metropolitana y zona interior. Claramente esta idea no cayó para nada bien en los clubes del mal llamado interior del país.

De todas maneras, los equipos empezaron a prepararse para una temporada de transición, sin el fantasma del descenso soplando en la nuca. Era hora de no gastar tanto en refuerzos, de mirar más hacia adentro del club y poner el foco en las inferiores. Después, en la próxima temporada, se vería cómo se encaraba lo que vendría. En la B Metro y el Federal A se ilusionaban con subir de categoría de manera más fácil.

Pero en el fútbol argentino cambia, todo cambia. El viernes no hubo acuerdo entre los representantes de la Superliga y la AFA para reestructurar las categorías de ascenso a corto plazo. Muchas reuniones y pocos acuerdos, por no decir ninguno. Por eso se decidió que los campeonatos se siguieran jugando como hasta ahora.

El presidente de la AFA, Claudio Tapia, no logró que su postura tuviera aceptación ante los delegados de primera división Rodrigo Escribano (Talleres de Córdoba), José Mansur (Godoy Cruz) y Marcelo Martín (Unión de Santa Fe); ni los del ascenso, Marcelo Achile (Defensores de Belgrano), Javier Pipo Marín (Acassuso), Horacio Martignoni (Sarmiento de Junín) y Pablo Toviggino (AFA).

Entonces, informaron que la temporada de la Primera B Nacional ahora tendrá dos ascensos (el equipo campeón y el que gane el reducido final) y dos descensos por promedio, noticia que no le hizo nada de gracia a los dirigentes de los clubes más comprometidos con el promedio, como Gimnasia y Esgrima, que empieza desde abajo porque viene de ascender del Federal A.

Así, como ya dijimos, mañana todo puede volver a cambiar porque en el fútbol argentino, podrido por internas y luchas de poder, lo único que no cambia es la desorganización.

 

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