Se desató un batalla campal entre policías y manifestantes en México
Policías y manifestantes libraron ayer una batalla campal en la ciudad de Chilpancingo, en el sur de México, después de que fuera incendiada la sede regional del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) en una protesta por el caso de 43 estudiantes desaparecidos y presuntamente asesinados.
Del enfrentamiento participaron unos 2.000 maestros y estudiantes y alrededor de 200 policías antimotines. Los manifestantes llevaban piedras, palos y petardos y la policía les respondió también arrojando objetos y gases lacrimógenos.
La policía detuvo a dos maestros, según denunciaron los manifestantes, y ante la tensión que se generó, un comandante policial se ofreció a irse “como garantía” a un campamento de los maestros, que exigen la liberación de sus compañeros.
Después de que los manifestantes prendieron fuego a instalaciones del PRI, la policía, con escudos y cascos, los persiguió para dispersarlos, pero después fueron los estudiantes y maestros los que avanzaron hacia la policía.
Bomberos llegaron a la sede partidista a apagar el incendio, mientras a unas cuantas calles se producían los enfrentamientos. Dos periodistas que llevaban el rostro cubierto para protegerse del gas lacrimógeno y estaban cerca de los policías fueron lesionados por los agentes.
La protesta de Chilpancingo, unos 280 kilómetros al sur del D.F, se produce un día después de que fuera bloqueado por estudiantes, padres y maestros durante tres horas el aeropuerto de Acapulco, la principal ciudad de Guerrero.
En las últimas semanas ha habido algunas manifestaciones violentas por la desaparición de 43 estudiantes que presuntamente fueron masacrados por una organización criminal en alianza con policías municipales, pero la mayoría de las protestas han sido pacíficas.
La manifestación de ayer estuvo encabezada por la Coordinadora Estatal de Trabajadoras de la Educación en Guerrero (CETEG) y estudiantes de la Universidad de Guerrero, estado donde desaparecieron los jóvenes el 26 de septiembre después de ser detenidos por policías en la ciudad de Iguala, 200 kilómetros al sur de la capital.
Del enfrentamiento participaron unos 2.000 maestros y estudiantes y alrededor de 200 policías antimotines. Los manifestantes llevaban piedras, palos y petardos y la policía les respondió también arrojando objetos y gases lacrimógenos.
La policía detuvo a dos maestros, según denunciaron los manifestantes, y ante la tensión que se generó, un comandante policial se ofreció a irse “como garantía” a un campamento de los maestros, que exigen la liberación de sus compañeros.
Después de que los manifestantes prendieron fuego a instalaciones del PRI, la policía, con escudos y cascos, los persiguió para dispersarlos, pero después fueron los estudiantes y maestros los que avanzaron hacia la policía.
Bomberos llegaron a la sede partidista a apagar el incendio, mientras a unas cuantas calles se producían los enfrentamientos. Dos periodistas que llevaban el rostro cubierto para protegerse del gas lacrimógeno y estaban cerca de los policías fueron lesionados por los agentes.
La protesta de Chilpancingo, unos 280 kilómetros al sur del D.F, se produce un día después de que fuera bloqueado por estudiantes, padres y maestros durante tres horas el aeropuerto de Acapulco, la principal ciudad de Guerrero.
En las últimas semanas ha habido algunas manifestaciones violentas por la desaparición de 43 estudiantes que presuntamente fueron masacrados por una organización criminal en alianza con policías municipales, pero la mayoría de las protestas han sido pacíficas.
La manifestación de ayer estuvo encabezada por la Coordinadora Estatal de Trabajadoras de la Educación en Guerrero (CETEG) y estudiantes de la Universidad de Guerrero, estado donde desaparecieron los jóvenes el 26 de septiembre después de ser detenidos por policías en la ciudad de Iguala, 200 kilómetros al sur de la capital.
