León XIV dio su primera misa y habló de la persecución a los creyentes: "Ridiculizan a quien cree"

En un día que quedará grabado en la historia de la Iglesia Católica, el papa León XIV celebró este viernes su primera misa como sumo pontífice en la Capilla Sixtina, rodeado de los cardenales que lo eligieron. 

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Durante una homilía llena de simbolismo y definiciones, el nuevo papa trazó el camino que desea seguir al frente del Vaticano, enfatizando la importancia del testimonio, el compromiso con la misión y la necesidad urgente de proclamar el Evangelio en tiempos de escepticismo.

"Me habéis llamado para llevar una cruz y para ser bendecido con esta misión" dijo León XIV, mientras pedía a los cardenales que lo acompañen en su labor pastoral: "Quiero que vosotros caminéis conmigo porque somos Iglesia, una comunidad que debe anunciar la Buena Nueva".

El papa, quien fue elegido recientemente como sucesor de Pedro, subrayó que no asume este rol en soledad, sino como parte de un cuerpo eclesial que debe actuar unido y con claridad ante un mundo que, según él, a menudo menosprecia la fe. 

"Son muchos los contextos en los que la fe cristiana se reduce a lo absurdo, algo para personas débiles y poco inteligentes", lamentó. En este sentido, animó a sus hermanos en la fe a no retroceder: "Debemos anunciar el Evangelio donde se ridiculiza a quien cree, se le obstaculiza y desprecia".

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Durante su mensaje, también hizo mención de su predecesor, el papa Francisco, a quien citó como un ejemplo de un testimonio alegre de la fe: "Como tantas veces nos ha enseñado el papa Francisco, estamos llamados a dar testimonio de la fe gozosa en Jesús salvador".

Uno de los momentos más profundos de su homilía fue la advertencia sobre una visión distorsionada de Jesús. León XIV criticó las interpretaciones que lo presentan simplemente como un "líder carismático" o un "superhombre", incluso dentro del ámbito cristiano. 

"No faltan tampoco los contextos en los que Jesús, aunque apreciado como hombre, es reducido solamente a una especie de líder carismático o a un superhombre. Y esto no solo entre los no creyentes, sino incluso entre muchos bautizados, que de ese modo terminan viviendo, en este ámbito, un ateísmo de hecho", afirmó con firmeza.

El nuevo papa, que asumió con la promesa de continuar las reformas y el legado de Francisco, comenzó su pontificado con un mensaje claro: fortalecer la identidad cristiana, recuperar la centralidad de Jesús y reconstruir el sentido de comunidad en la Iglesia. Una misa inaugural que, sin grandes gestos externos, marcó el inicio de una etapa que promete firmeza doctrinal y sensibilidad pastoral.