El futuro llegó para Los Pumas

Luego del inolvidable bronce de Los Pumas en el Mundial de Francia 2007, el seleccionado argentino de rugby transitó cuatro años complicados, en los que no tuvo regularidad en su juego, tampoco sumó muchos partidos ante rivales de elite y, para variar, sufrió las internas entre los dirigentes más conservadores de Buenos Aires, siempre enfrentados a los dirigentes del Interior o de mente más abierta.






Luego del inolvidable
bronce de Los Pumas en el Mundial de Francia 2007, el seleccionado argentino de
rugby transitó cuatro años complicados, en los que no tuvo regularidad en su juego,
tampoco sumó muchos partidos ante rivales de elite y, para variar, sufrió las
internas entre los dirigentes más conservadores de Buenos Aires, siempre
enfrentados a los dirigentes del Interior o de mente más abierta.



El conjunto que dirige
Santiago Phelan tuvo que bancar el peso del bronce de la era Loffreda. El
equipo nunca convenció con su juego y “Tati” tuvo que soportar críticas.
Encima, Los Pumas se quedaron para el Mundial de Nueva Zelanda sin su mejor
jugador: Juan Martín Hernández, lesionado. En el primer partido ante
Inglaterra, el centro Gonzalo Tiesi se despidió del torneo por lesión y el
experimentado Rodrigo Roncero quedó maltrecho igual que el capitán Felipe
Contepomi para el resto de los partidos. Y para que todo sea más cuesta arriba,
el subcapitán, Juan Martín Fernández Lobbe, también fue baja por lesión.



Así y todo, cuando
parecía que el equipo se volvía en primera ronda, Lucas González Amorosino
inventó una jugada para todos los tiempos ante Escocia para sumar un triunfo
clave. Con victorias ante Rumania, Escocia y Georgia, y caída ante Inglaterra,
Los Pumas cumplieron el objetivo de meterse entre los ocho mejores del torneo
por tercera vez en la historia.



En cuartos aparecieron
los All Blacks y se acabó el Mundial. La eliminación es lógica y anecdótica,
pero lo que importa es lo que viene.



A partir del año que
viene, el equipo argentino jugará un torneo anual junto a las potencias del
hemisferio sur (Nueva Zelanda, Sudáfrica y Australia). Será una especie de
Cuatro Naciones, que se llamará Rugby Championship.



Después de tantos años
buscando una competencia anual y de nivel, Los Pumas se sentarán en la mesa de
los grandes. Con el recambio de jugadores, el roce con las potencias y ese
fuego sagrado asombroso, a partir del Mundial del 2015, los argentinos jugarán
por primera vez en la historia sin dar ventajas estructurales, de competencia y
preparación.



El futuro llegó para Los
Pumas. Después no diga que no le avisamos.



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