Con las palabras para jugar en cualquier cancha

Hay grandes pensadores del fútbol que, de algún modo, señalan que este deporte es el arte de pasarla bien. El que pasa bien la pelota, la pasará bien (por lo menos un rato) en el juego, y también en la vida. Y los rivales la verán pasar (que no es lo mismo), y no la pasarán bien (durante ese rato al menos) en la vida, y tampoco en el juego. Tan simple como eso: pasarla bien.

Nosotros (como parte de este Diario Vox) y ustedes (leyendo las páginas del mismo Vox) tenemos el lujo de aprovechar a un referente que nos hace pasarla bien desde la palabra. El Gonza Ruiz es una de esas plumas extraordinarias en la materia. Realmente nos gusta leerlo. Y si bien el fútbol no es el único garabato que tiene para ofrecer, hay que reconocer que es una fortaleza que lo destaca por sobre el resto de las interpretaciones.
Sólo basta con disfrutarlo en el “Toquen es cuento” junto a otros grandes de acá como Ernesto Ramos (también de nuestro Diario Vox), Julián Villa, el “Chino” Oscar Zavala, Mauricio Ana (otro miembro espiritual de la familia Vox), Juan Martín Alonso y el lápiz de Pablo Pavezka, que justamente fue presentado hace dos años en el Le Parc.
O pegarse una vuelta para mirotear el gran trabajo generado desde el Mundial de Brasil, con informes del estilo "Cómo se vivió el Argentina Suiza desde adentro” (donde señalaba "La tarde, que parecía noche, se hace de día. Di María, el flaco indescifrable de Rosario, acaba de hacer un gol que no se podrá olvidar. Y miles de argentinos no quieren que se termine más este momento. Porque en el fondo, muy en el fondo, la esperanza está. Y porque el tango nos enseñó que siempre, primero, hay que saber sufrir"). Una cobertura especial que no sólo se limitaba a lo estrictamente futbolístico (y sus pinceladas poéticas). Solo basta repasar el artículo "Río de Janeiro, una ciudad militarizada" (donde se destaca el temor a los incidentes, lo que hizo que la ciudad más turística de Brasil se copara con policías). O el "A metros de la Fan Fest de Río, zona liberada para la prostitución" (donde se remarca que, en Copacabana, además había venta de droga cerca de donde se disfrutaba del Mundial).
Solo ejemplos para recordar la  "paleta de colores periodísticos" que el Gonza tiene para ofrecer. No por nada, en Twitter (por emparentar la difusión de las palabras con la actualidad de las redes que todo lo pueden), cada vez que publicamos material del Gonzalo, las "réplicas" y los comentarios destacan ese talento indiscutido que no hace “pasarla bien”.
El viernes pasado, durante la edición 2014 de la Feria del Libro de Mendoza, este exquisito representante de la palabra redonda se sentó en la mesa “Fútbol entre líneas” junto a Eduardo Sacheri, el escritor que inspiró la película “El Secreto de sus Ojos” y la próxima a estrenar “Papeles en el Viento”. También saludamos a nuestro colega Fernando Montaña, de diario El Ciudadano, que participó del encuentro. Una mesa extraordinaria para tocar y tocar con las palabras que representan al deporte más popular y más bonito de todos. Este episodio no es menor. Es justamente lo que demuestra todo lo que estamos diciendo. Y somos justamente nosotros, los integrantes del Diario Vox, quienes primero tenemos que empezar por reconocerlo. Pero es pura justicia periodística que, para semejante evento, con semejante referente nacional e internacional como Sacheri, se sume la participación del Gonza, una pluma merecida.
¿Es para tanto? ¿El fútbol realmente se merece esto? Alguna vez el escritor Juan Sasturain dijo: "Tanto el manejo de la pelota como el del lenguaje (puestos en buenos pies y manos) son un desafío a la creatividad y de ahí, de esa tensión por encontrar una forma original, cada vez única, para resolver dificultades expresivas, puede saltar la belleza. Ambas actividades tienen en común su condición de juego en tanto desafío, actividad en el fondo inmotivada, asunción de un riesgo y entrega personal”. Es el fútbol que se escribe, ese mismo despierta los más variados sentimientos de todos los argentinos, que nacemos con la camiseta puesta. Incluso antes de elegir un nombre al hijo, muchos padres discuten de que cuadro de fútbol ser. Ese fútbol que te gusta a vos, ese que te hace gritar o llorar, que te llena de felicidad... ¿Es para tanto? Es necesario. Estamos hablando de las letras que nos hacen pasarla bien y representan una de nuestras más grandes expresiones. Mirá si la emoción por fútbol no puede transformarse en un gran reconocimiento cultural.
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