Horacio Cunietti, el hombre de la montaña: “Escalar el Everest es como ganar un Mundial”
La utilización del oxígeno como instrumento para lograr la deseada cumbre del pico más alto del planeta (8.850 metros) tiene una aceptación dispar dentro del ambiente de los escaladores. Por eso, muchos optan por hacerlo sin recurrir a la ayuda adicional de la técnica, como es el caso de Cunietti, quien se ha convertido en el segundo mendocino -y el tercer argentino- que llega a lo más alto del cordón del Himalaya sin oxígeno.
Este amante de la altura tiene en su haber 59 cumbres al Aconcagua, y se encuentra en tercer lugar en el historial del Coloso de América detrás del peruano Augusto Ortega Pacheco y el mendocino “Lito” Sánchez. Además escaló montañas en la Patagonia, en el norte argentino, Perú, Bolivia, Alaska y el Monte Dhaulagiri, que integra la cadena del Himalaya. Recientemente fue reconocido por su trayectoria por la Legislatura provincial.
Horacio participó de la entrevista semanal de Vox Populi y contó su experiencia en el pico más alto del planeta y habló también de su trayectoria en esta actividad.
¿Qué significa en tu vida el Cerro Aconcagua?
El Aconcagua es mi vida, hace más de 30 años que trabajo ahí, es lo que me abrió las puertas para poder viajar en busca de otras cumbres importantes del mundo. Empecé a los 18 años; fui cocinero, porteador, hice de todo, conozco muy bien todo lo relacionado con este símbolo de los mendocinos. Estudiando en la escuela de guías comencé a desempeñarme como guía de Alta Montaña.
¿Cómo viviste ascender a la cima más alta del mundo?
El Everest es el sueño más grande de todo andinista, es como ganar un Mundial de fútbol. El llegar a la cima es una sensación única, te acordás de todo lo que viviste alrededor de tanto tiempo en esta profesión. La expedición dura dos meses y medio, es una experiencia muy larga para cualquier deportista, hay que hacer un proceso de aclimatación; es paulatino hasta llegar a la base de la montaña, que lleva una importante cantidad de días detrás. Después hay rotaciones, subís y bajas, en la primera rotación llegás a 6.500 metros, en la segunda a 7.000 y en la tercera a 7.500. Una vez que pasás por estas etapas ya estás en condiciones de comenzar una cuarta, con intenciones de hacer cumbre.
¿Qué dificultades tuviste que sobrellevar en esta travesía?
El mayor inconveniente que tuve que pasar fue que me enfermé, por lo que llevé a cabo un proceso de recuperación con antibióticos, específicamente un broncoespasmos fue lo que padecía. Al salir de la tercer rotación quise probar en qué estado me encontraba en ese momento, decidí que al estar complicada mi salud no era lo más conveniente llegar hasta la cima con oxígeno, por lo que decidí que iba a hacer posible este sueño no utilizando oxígeno.
Esta situación difícil Horacio tuvo la suerte de atravesarla 20 días antes de la ventana de “buen tiempo” como se la conoce, donde los vientos se elevan sobre la cumbre de este monte generando un frío extremo donde nadie puede ascender. La temperatura promedia los 30° bajo cero.
Yo subí a la cumbre el 19 de mayo, en los primeros días de ese mes me sucedió lo de esta enfermedad, verdaderamente atravesé muchos interrogantes que no sabía lo que iba a pasar. Al tener mucha experiencia en esto pude evaluarme y estar seguro de lo que estaba haciendo.
¿Cuál es tu próximo objetivo con relación a ascensos?
Mi compañero de “aventuras” es argentino y vive en Canadá, Horacio Galanti, prácticamente ha cumplido el objetivo de subir las montañas más altas de cada continente. A él le queda por subir el Vinson en la Antártida, probablemente esa sea la próxima meta a tener en cuenta.
Para que tengas una idea a nosotros nos costó 50.000 dólares a cada uno todo lo relacionado con el Everest, algo que pudo ser posible gracias al apoyo de los sponsors, sino no tendríamos posibilidades de realizar una cumbre debido a los altos costos. Un importante banco chino colaboró en esta expedición.
