Fabián Sevilla: “El chico se forma a través de las dudas que le genera la lectura”

El escritor mendocino de cuentos para niños y jóvenes explica que el amor por la literatura implica un aprendizaje en el que los padres y docentes ocupan un lugar fundamental.



Por Horacio Yacante



@horayacante



Conocer qué leen las niñas, los niños y adolescentes es la
principal preocupación que comparten padres y docentes que buscan incentivar y
cultivar el hábito de lectura en las nuevas generaciones. La expansión del
mercado cultural y la multiplicación de la oferta editorial ofrecen un amplio
abanico de posibilidades para captar su atención.



El escritor de cuentos infantiles y juveniles, Fabián
Sevilla,  explica que los chicos “se
forman a través de las dudas que genera la lectura”, que debe ser acompañada
por un mayor que lo contenga y le dé herramientas para superar esta etapa.



“No se lee como
antes”



Durante mucho tiempo se sostuvo que las generaciones
presentes “no leen como lo hacían dos, tres o más décadas atrás”. Sevilla
desmiente rotundamente esta sentencia y acusa a los mayores de usar esta frase
como excusa por su incapacidad, para entender los gustos y preferencias de
consumos culturales actuales.



“Los padres tienen que entender que un chico de siete años
no puede medir dos metros ni leer veinte libros”, ironiza Sevilla y explica que
la lectura también es un hábito que tiene que ser enseñado de padres a hijos.
“Hay que formar a un lector, para que sienta gusto por leer y no lo tome como
una tortura”, fundamenta.



También se debe tener en cuenta que como todo aprendizaje,
no se puede basar solo en las preferencias del niño o la niña. El escritor
propone que los padres estén atentos a las inquietudes que despiertan los
libros populares actuales y conducirlos hacia obras clásicas y otras voces que
amplíen la mirada del lector.



Literatura infantil
vs. literatura para niños



Para Sevilla “no existe tal cosa como literatura infantil,
ya que la literatura es una sola y los chicos pueden tener distintos gustos de
lectura”. De este modo, el escritor explica que no se puede homologar ni una
edad ni un tipo de literatura, ya que cada persona (aún de niño o niña),
atraviesa estadios personales de temas y obras que llaman su atención e interés
de acuerdo a su crecimiento como lector.



“Hoy se habla de literatura para niños o juveniles, dando a
entender a una serie de temáticas de interés común a cierta generación”,
comenta Sevilla y pone como ejemplo a la saga Crepúsculo, que despertó en
cientos de miles de adolescentes de todo el mundo, un interés por el género
fantástico.



Tendencias actuales



“Hoy los chicos, incluso hasta los más pequeños, prefieren
los cuentos de terror”, dice Fabián Sevilla y comenta que es lo más le encargan
las editoriales. La colección Ultra Calavera fue todo un éxito editorial e incluso
es empleada por docentes de escuela primaria.



“A los chicos les encanta la sensación de asustarse”,
comenta el escritor y aclara que lo que buscan los pequeños no es tener miedo
sino la sensación de asustarse en un ambiente controlado y contenido del libro,
que al llegar al punto final, la situación de miedo es vencida.



Los libros no son
formadores



Sevilla no cree en la eficacia de los “panfletos disfrazados
de literatura”, que se suele repartir en el ámbito educativo, con obras
supuestamente formadoras de conductas.



“Los libros no programan a los niños para comer cerebros
como los zombies”, dice entre risas el escritor, que hasta hace dos años
también se desempeñaba como periodista.



Sevilla explica que se debe dejar de tomar a la literatura
como un “efecto Naranja Mecánica” para generar conductas. En cambio, aboga para
que los padres y docentes permitan el acceso a obras que los introduzcan en
temáticas de adquisición de derechos, identidad y género, y les enseñen a
través de las dudas que surjan de la lectura.