El fútbol argentino con el dólar a 40 pesos

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La Superliga del fútbol argentino, ese torneo -"producto" dirían los dirigentes- que fue pensando con aires de primer mundo y que quisieron vender como una Liga que se inspiraba en los estándares de calidad de la Premier League o la Liga de España, deberá ir pensando en cambiar el nombre por algo más sincero como […]

La Superliga del fútbol argentino, ese torneo -"producto" dirían los dirigentes- que fue pensando con aires de primer mundo y que quisieron vender como una Liga que se inspiraba en los estándares de calidad de la Premier League o la Liga de España, deberá ir pensando en cambiar el nombre por algo más sincero como "Liguita".

Es que con el dólar a 40 pesos no hay marketing, publicidad ni maquillaje que aguante. Las ansias de prestigio que tanto llenó las bocas de los principales dirigentes de la AFA quedarán para otro momento.

No vienen tiempos de refuerzos rutilantes en los clubes de primera división. Habrá que ver puertas adentros y ahí sí hacer valer lo que cada uno tenga, o lo que cada uno sepa tener.

Daniel Angelici, presidente de Boca Juniors y hombre de estrecha relación con el presidente Mauricio Macri, es el tipo con más poder hoy en el fútbol argentino. Nadie, desde la muerte de Julio Grondona en el 2014, logró reunir tanto poder como el Tano.

Justamente Angelici fue quien puso en palabras lo que los dirigentes de los equipos de la Superliga piensan después del jueves negro de la semana pasada cuando una nueva devaluación volvió a pegar duro en el país.

"Va a ser muy complicado el tema de los contratos en el fútbol argentino con lo del dólar, no se va a poder incorporar más, sobre todo si querés traer desde el exterior. No se va a poder repatriar más jugadores, me da la sensación", reconoció el titular de Boca y agregó: "Se complica cuando querés traer jugadores que están cobrando salarios en dólares".

Con un peso tan insignificante, cualquier otro destino para jugar pasa a ser más interesante -y redituable- para los futbolistas. A la cabeza, como siempre, están las ligas top como Inglaterra, España, Italia y Alemania. Pero también aparecen muchos destinos clases B como los países de Europa del Este. Es más, acá nomás, más cerca, Chile, Colombia, México o Estados Unidos, entre otros, son lugares donde los jugadores ganarán mucho más con este tipo de cambio monetario.

Eso, entonces, hará que los clubes no puedan reforzarse y traer, por ejemplo, colombianos como Juan Fernando Quintero o Wilmar Barrios, jugadores que hoy están entre los mejores del fútbol argentino.

Los clubes no tendrán otra opción que mirar en el mercado interno y, sobre todo, mirar hacia adentro y apostar a las inferiores, aspecto que Godoy Cruz entendió hace tiempo y donde les lleva años de ventaja a muchos clubes de la Superliga.

Que los clubes deban apostar a las inferiores es una buena noticia, pero esta crisis económica paradójicamente generará una fuga de talentos. Se multiplicarán los padres de pibes que harán todo lo posible por salvarse gracias a sus hijos en cualquier lugar que no sea Argentina y jugadores jóvenes que a la primera oferta en dólares armarán las valijas y dirán muchas gracias. Y los clubes, ante esta situación, tampoco pondrán muchas trabas porque los ingresos en dólares que generan estas transferencias son un salvavidas económico para sus arcas repletas de deudas.

Así el panorama, la Superliga, ese torneo que los dirigentes imaginaron repleto de alto nivel futbolístico y poder económico, seguirá siendo un lejano anhelo.

 

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