Una por una, estas fueron todas las cábalas de la Selección campeona del Mundo

Cábalas o costumbres. Esas tradiciones dignas de distinciones comenzaron durante los encuentros de la Selección Argentina en la Copa del Mundo, pero se replicaron en todos y cada uno de los hogares que sintonizaron los encuentros del equipo en tierras asiáticas. 

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Acorde a lo que estaba sucediendo a miles de kilómetros de Qatar, los integrantes de la Scaloneta también cumplieron con su parte y llevaron adelante sus propias cábalas. Fueron varias y de todos los tipos habidos y por haber. 

La primera, ya cuando comenzaban las transmisiones oficiales de cada partido. Siempre, Argentina dejó que su rival saliera primero y que también lo hicieran los árbitros en los partidos. Luego, la segunda: Messi asomaba la cabeza y salía "escoltado" por sus compañeros del seleccionado. 

Ya fuera de las canchas, una costumbre bien argenta. Las jornadas de truco. Una verdadera fija en al concentración albiceleste como pasatiempos. Y eso que apareció en la Copa América. Campeonatos de 3 vs 3 y con apuestas de por medio. 

Otra de las que sonó desde antes del viaje a Qatar, y tiene que ver con tres jugadores: De Paul, Paredes y Papu Gómez. Los referentes eran los que reconocían el campo de juego cuando el plantel llegaba al estadio, se dirigían al círculo central y allí comían unos caramelos Sugus, mientras saludaban a la gente y charlaban entre ellos.

Ahora otra costumbre nacional: el asado. Luego de la derrota ante Arabia Saudita, el día siguiente del seleccionado sirvió para recargar energías y subir la moral. Ahí aparecieron los mates, alfajores y el fuego sagrado. Las parrillas del seleccionado vivieron su primer asado comunitario. A partir de entonces, todos los días post partido hubo visita de las familias al búnker argentino y, después de Australia y de Croacia, hasta la posibilidad de salir del predio de la Universidad de Qatar. Y siempre, en el final de esa jornada, hubo asado. 

Saliendo de los jugadores, la primera del cerebro detrás de la Scaloneta: Lionel Scaloni. Durante los entrenamientos, la secuencia del DT fue repetida, por momentos, casi exacta. Agarraba una pelota, la hacía recorrer por el campo y, en un momento, se ponía a hacer jueguitos. 

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Por último, las dos más repetidas y clásicas. Lionel Messi, en su mejor rol de capitán, iba a abrazar a cada uno de sus compañeros en la previa al inicio de un encuentro, y al último que saludaba era a Rodrigo De Paul. Sin embargo, una que apareció en las instancias finales tenía relación directa con el presidente de la AFA. El dúo Messi-De Paul se juntaban siempre con Claudio Tapia a tomar unos mates y a charlar de diferentes cuestiones.