El Papu Gómez volvió a hablar de su escandalosa salida de la Selección Argentina: "El boludo fui yo"

Alejandro "Papu" Gómez volvió a hablar tras un largo tiempo en silencio y dejó fuertes definiciones sobre su salida de la Selección argentina, su relación con Lionel Scaloni y el duro golpe que significó su sanción por doping.

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En diálogo con el periodista Julián Polo, el mediocampista recordó sus primeros días en Atalanta junto al actual entrenador de la "Albiceleste". "Cuando llegué estaban el Tanque Denis, Maxi Moralez y Scaloni, que estaba medio pintado. Venía de la Lazio, lo habían separado, pero se entrenaba con nosotros. No jugó mucho, pero se entrenaba a morir. Fue la persona que me ayudó desde el primer día con todo: a comprar auto, a buscar casa", contó.

También describió cómo era Scaloni dentro del vestuario: "Insoportable, en el buen sentido. Estaba activo todo el tiempo, con mucha energía. Tirando chistes, entrenando, siempre a mil. Era muy querido". 

Y elogió su gestión como entrenador: "Fue muy vivo en la parte de gestión: hizo una renovación muy buena en la Selección después de Rusia 2018, rodeó bien a Leo con jugadores talentosos que se iban a matar por él. Es muy cercano al jugador, te va de frente y no dice boludeces. Eso generó un ambiente de armonía".

El "Papu" repasó también su camino en la Selección, desde ser suplente hasta transformarse en una pieza importante en la Copa América 2021. "Cuando me llama, venía de ser el jugador del mes en Italia y no jugué un minuto. Era difícil porque comparto puesto con los mejores del mundo. Pero jamás una cara de culo, jamás nada. Entrenaba a morir. Terminé jugando la Copa América y siendo importante, demostrando que podía jugar", señaló. 

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Incluso reveló que tuvo incidencia en la llegada de Cristian Romero: "Me vino a preguntar por un central izquierdo y le dije: ‘Llevate a Cuti, que es un crack'".

Sobre su sanción por doping, el mediocampista fue autocrítico. "No quiero hacerme la víctima. El boludo fui yo, que tomé un jarabe para la tos de mi hijo que no podía tomar. Me la comí y acá estoy. Los primeros meses fueron durísimos, tenía bronca con todo, me aislé, trabajé con psicólogos y conmigo mismo. De a poco pude levantarme", confesó.

Gómez admitió que ese golpe lo llevó a replantearse su futuro: "No quiero que me retiren así. Me quiero retirar cuando yo quiera. También por mis hijos, para que vean que su papá siguió peleándola y volvió a hacer lo que más le gusta: jugar".

Finalmente, destacó el apoyo que recibió durante este tiempo difícil: "Me sorprendió la gente que desapareció, pero también me sorprendió para bien la que apareció de la nada. Conocí más gente en estos dos años como exjugador que en los seis que estuve en Atalanta".