El durísimo testimonio de Caruso Lombardi tras ser operado por un tumor cerebral: "Lo único que me calmaba era..."

A finales de enero le extrajeron un tumor cerebral de casi 4 centímetros de la parte superior de la cabeza.

El reconocido director técnico, Ricardo Caruso Lombardi, se reintegró al panel de TN Deportivo y se refirió al duro momento que le tocó vivir tras ser operado a finales de enero por un tumor cerebral.

Aun conmovido por la situación que le tocó vivir, contó que la intervención se extendió por seis horas. Fiel a su estilo, bromeó: "¿Sabés a quién fue el primero que vi? A un médico que de chico había jugado al fútbol ¡y yo le había sacado el puesto!".

En su relato, señaló que todo empezó a complicarse un día que salió a caminar "al hipódromo" y sintió "algunas molestias".

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"Fue el último día de la madre, un domingo antes de venir al canal, y terminé en una guardia porque quise hacerme una tomografía. Entré al hospital y le pedí a una doctora que me hiciera el estudio por lo que me pasaba y cuando ella me preguntó por qué, le conté que mi padre había tenido un edema cerebral", señaló.

Ricardo Caruso Lombardi

Recordó que tras esa situación volvió a su trabajo en canal, y "cuando terminé me fui a mi casa a comer. A eso de las 15:30 me llaman de un número privado y era de la clínica. Me dijeron que tenía que ir urgente. Me acuerdo que se me atragantó la comida".

Y siguió contando: "La doctora me dijo que vio algo que no le gustaba y me mandó a mi neurólogo. Él me dijo que tenía un tumor de 3 centímetros".

El ex entrenador de Racing, continuó diciendo: "La noche del día que me dieron el diagnóstico me quedé solo en mi casa. Me acuerdo de que estaba viendo la despedida de Gallardo, y de repente me encontré que no paraba de llorar porque aunque vos no quieras, siempre pensás en lo malo, te entrás a dar manija".

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Durante su alocución, recordó que en noviembre del año pasado se sometió a una resonancia, "y en diciembre empecé a tener problemas en la vista. Se me anulaba el ojo izquierdo y el derecho se me cerraba. Lo único que me calmaba era acostarme o caminar y ahí recuperaba la vista. Eso fue porque el tumor que yo tenía me apretaba una vena que no drenaba y me afectaba la visión".

"Me volví loco, me pasaba todo el tiempo", añadió durante el relato que mantuvo con sus compañeros.

La situación no fue sencilla, y según el DT, en un primer momento no se animaba a operar "por eso tuve una pancreatitis".

Ni bien se decidió a operarse, recordó que hizo de todo: "Lloré, recé, buscaba lo que sea, fui a ver al Padre Ignacio. Hice de todo por mi salud", y reconoció que "a la única de las personas de mi círculo que no le dije que me iban a operar de un tumor es a mi mamá, porque es grande. Le dije que era una operación de rutina. Cuando salí le dije la verdad y a veces cuando hablamos, para joderla, le digo ?¿vos quién sos?', y ella me mira preocupada y yo me río", completó.

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