Anello apuntó a Riquelme y desató otra tormenta en Boca

En medio de la eliminación del Xeneize en el Torneo Clausura, el periodista acusó al presidente Juan Román Riquelme de intervenir en el polémico cambio Velasco-Zeballos y encendió un nuevo foco de crisis interna.

La noche posterior a la caída de Boca en el Torneo Clausura no trajo calma: trajo una bomba. El periodista deportivo Gabriel Anello denunció públicamente que el reemplazo de Exequiel Zeballos por Alan Velasco -un movimiento que generó sorpresa y malestar dentro y fuera de la cancha- no habría sido decisión del cuerpo técnico, sino una orden directa de Juan Román Riquelme.

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"De verdad creen que el cambio lo hizo Claudio Úbeda... lo hizo Riquelme", lanzó con contundencia Anello, dejando en primer plano la posibilidad de una injerencia presidencial en pleno partido.

Para el conductor, la reacción de Leandro Paredes tras ver ingresar a Velasco fue una señal clara de tensión. "Parece que Paredes está de un lado y Riquelme y Cavani están del otro", afirmó, describiendo un plantel dividido y una estructura técnica debilitada. A eso le sumó otra frase que encendió más polémica: "Riquelme es un destructor, no puede ver que algo le funciona si él no es el protagonista principal".

Las declaraciones del periodista no solo profundizaron el clima de crisis que ya atravesaba Boca tras la eliminación: volvieron a instalar el debate sobre el verdadero liderazgo futbolístico del club y sobre cuánto margen de acción tiene hoy el cuerpo técnico en las decisiones clave.

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Mientras tanto, la dirigencia enfrenta críticas por falta de rumbo deportivo y por un vestuario donde las señales de unidad brillan por su ausencia. Lejos de tratarse solo de un cambio polémico o un mal resultado, el episodio reavivó discusiones más profundas sobre el modelo de gestión, la planificación y el futuro inmediato de un equipo cargado de figuras pero envuelto en cuestionamientos.

Con el semestre cerrado de la peor manera, Boca queda sumido en reproches cruzados y en un escenario cada vez más incierto, donde la interna dirigencial promete seguir marcando la agenda tanto como lo que ocurre dentro del campo de juego.

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