Casa Rosada presiona por las listas y el PJ llega a última hora sin consenso

Bermejo, Carmona y Roby son los precandidatos a Gobernador. Pero desde Buenos Aires quieren que un referente K tenga apoyo oficial. Cómo están los departamentos más importantes.

Era la última hora del último día para presentar la lista de
candidatos para las elecciones 2007 y el PJ tenía varios problemas: Celso
Jaque, por entonces candidato a Gobernador, no conseguía compañero de
fórmula;  candidato a Vicegobernador. Lo
que siguió ya es conocido: el PJ ganó a pesar de los pronósticos, aunque el
propio Jaque luego siguió con problemas para armar su gobierno.



Hoy, casi 8 años después, es también el último día para
presentar las listas de candidatos y el PJ vuelve a tener “problemas” para
consensuar una fórmula. Aunque ahora lo que sobran son candidatos. Muchas
ambiciones y pocos lugares. Todo apuntaba a que el Frente para la Victoria
tendría 3 precandidatos a Gobernador en competencia en las PASO: Adolfo
Bermejo, Guillermo Carmona y el indomable Matías Roby. Sin embargo ayer la
presión desde Casa Rosada aumentó para que sumen a un candidato K a la que
sería la fórmula oficial; es decir la que encabeza Bermejo. En realidad ese
candidato impulsado por la Rosada tiene nombre y apellido; se trata de
Guillermo Carmona, quien ha mostrado ser el alfil más fiel a Cristina en
Mendoza.



Allí comenzaron las negociaciones y las operaciones para que
Bermejo y Carmona sean parte de la fórmula. Todo se dilató y generó más bronca.
Desde la Corriente, sector mayoritario del PJ, aseguran que se les agota la
paciencia. Ellos no tendrían ningún referente suyo en esa fórmula, pero apoyan
a Bermejo. Todo a cambio de más poder en la legislatura y el primer lugar en la
lista de senadores nacionales para Rubén Miranda. Sin embargo el elemento de
presión que tienen es “presentar una lista”. Anoche aseguraban que si no se
oficializaba la fórmula hoy al mediodía, podrían ir con una lista propia a la
Junta Electoral, encabezada por el propio Miranda.



Todo se volverá a definir con órdenes desde  Buenos Aires, con  Carlos Ciurca, Alejandro Bermejo, Juan Carlos Mazzón y Guillermo Carmona entre los negociadores.
Francisco Pérez vuelve a quedar en un segundo plano a pesar de su doble cargo:
Gobernador y Presidente del PJ. Más desde que saltó el “caso Roby”. Más allá de
las interpretaciones y las operaciones calculadas, públicamente culpan a Pérez
por el descontrol político en el Gobierno. Pérez deberá esperar para sellar su
candidatura a diputado nacional.



¿Y los departamentos?



La lista para los departamentos es aún más compleja y abarca
a todos los partidos. El más difícil de entender es el más importante
electoralmente: Guaymallén. La competencia entre Luis Lobos y Alejandro Abraham
puso más pimienta. Y en la UCR todos sacan cuentas, pero por la cantidad de
candidatos que hay, que asemeja las PASO a la ley de lemas. Durante la semana
desde el PJ dejaron “volar” una encuesta que daba a Abraham alguna  diferencia y una pelea voto a voto entre los
radicales y muy lejos de los justicialistas, donde la sorpresa parecía ser
Lorena Meschini. Nadie asegura que se presenten todos los radicales a esa
interna, pues la atomización de la pelea podría jugarles en contra.



En Luján está la otra pelea interesante por los candidatos
en pugna. El PJ tiene al intendente Carlos López Puelles, al ministro Rolando
Baldasso y al titular del IPV Omar Parisi, quien juega de visitante en el PJ
pero conoce el territorio: ya fue intendente por el PD. El radicalismo tiene
varios precandidatos, pero todo podría caer por la candidatura de Omar De Marchi por parte del Pro, partido aliado al radicalismo. De hecho el ex intendente presentará su candidatura junto a Alfredo Cornejo. 

Pero el PJ no es el único partido con sorpresas. Cornejo estuvo en  Buenos Aires y allí habría coincidido con algunos referentes del PJ disconformes. Entre ellos está Matías Stevanatto, de Maipú. El joven legislador quiere ser candidato a intendente y está alejado de "los Beremejo". Pero no termina de animarse a dar el salto a otro partido. Lo que es seguro, es que se siente más opositor que oficialista.