Carlovich en la intimidad: qué había detrás del mito

En TW: @gonza_ruiz

Tomás Felipe Carlovich fue un mito viviente del fútbol argentino. Hoy murió asesinado. Hace un tiempo, un periodista de Vox Populi fue hasta su casa en Rosario para tratar de entender qué había de cierto detrás de la leyenda.

Hace ocho años fui a Rosario solo para conocer a Carlovich. Me había fanatizado con el mito que lo rodeaba. Un tipo que era crack, de los mejores del país, pero que no llegó porque no quiso. "¿A dónde tenía que llegar? ¿Qué no quiso?", me preguntaba. Era un futbolista sin videos en youtube, un misterio en sepia, un perro verde.

Cuando llegué a su ciudad lo llamé al celular. Lo tenía fuera de servicio. Lo ubiqué en la guía. Probé al fijo, atendió y me dijo: "Sí, yo soy Carlovich". "Si sos de la Lepra, venite a mi casa" fue su frase que me hizo muy feliz.

Hablamos durante cuatro horas en una mañana de otoño como la de hoy. Me contó que el celular se le había caído al inodoro -"parece que tenía ganas de nadar", tiró-, y me habló de su nieta más chica. Le decía Hauche porque era un demonio. Me dijo que siempre se arrepintió de haberse ido de Mendoza y me preguntó cómo andaba su amigo el Víctor.

El Trinche, en la puerta de su casa en Rosario.

El único momento incómodo fue cuando me dijo "no sabés lo que daría por volver a jugar un rato a la pelota". Le brillaron los ojos, no supe qué decirle. Ahí entendí que nunca quiso ser futbolista y que nunca le interesó llegar a ningún lado.

Antes de irme le agradecí por la charla y le pedí una foto. En casi veinte años de periodismo solo una vez me saqué una foto con un deportista.

Me fui con la sensación de que el mito era infinitamente más grande que ese tipo cansado, nostálgico, parco, que en todas sus respuestas le bajaba el precio a su leyenda.

Entendí que a los ídolos, a los mitos, a las leyendas, hay que dejarlos en paz. Demasiado ya tienen con nuestras expectativas y con su pasado.

Hoy me enteré que el Trinche murió asesinado. Unos tipos lo cagaron a palos para robarle su bicicleta. No sé qué hacer con tanta impotencia y tanta bronca. Será por eso que me descargo con estas líneas. Una de las mejores historias de la literatura futbolera argentina no merecía terminar así.

"Bueno, no es para tanto", hubiera respondido Carlovich.

El hilo de Twitter con toda la historia del Trinche


Esta nota habla de: