Atrapados por la crisis del gas

Ese segundo semestre está a la vuelta de la esquina y, por supuesto, no hay grandes señales de mejoría en la calle. Por el contrario la actividad económica está frenada, el aumento de tarifas golpea y el mal humor crece. Lo dijo el Jefe de Gabinete Marcos Peña: “Estamos en el peor momento”. El sincericidio parece llegar tarde y el 1 de julio podría ser el peor momento del Gobierno.


Ponerse objetivos fantásticos es un arma de doble filo; principalmente para quienes tienen la responsabilidad de gestionar la “cosa pública”. Ejemplos sobran: salariazo, revolución productiva; bajar la inseguridad un 30% en seis meses; un dólar, un peso. Todas proclamas que perecieron, como toda mentira. Bueno, el Gobierno nacional quedó al borde de la misma trampa al anunciar que en el “segundo semestre” todo iba a cambiar. Expresión de deseo y mensaje de aliento. Pero imposible de cumplir.


En Mendoza tratan de leer lo que hace la Nación y mantienen su apoyo, tomando como base del diagnóstico la crisis que, aseguran, había. “Lo que le critico a Macri es que no haya sincerado las cosas antes; que en la campaña no haya explicado cuál era la situación del país y que esto no se arreglaba rápido”, dijo Alfredo Cornejo en una entrevista con Diario Vox. Justamente Cornejo había hecho de ello una bandera: la situación de la economía es crítica y tardará en mejorar. En esto no hay magia, por más proclama optimista que diseñen los expertos en comunicación.


Pero a pesar el Gobernador quedó atrapado por las decisiones de Macri. Y por primera vez desde que asumió, Cornejo quedó atrás de las noticias. Es decir, tuvo que correr en desventaja con lo que pasa. Es que el Ejecutivo dudó en tomar una postura respecto al tarifazo y, de hecho, Cornejo no habló públicamente del tema. El jueves pasado el secretario de Servicios Sergio Marinelli envió una carta al ministro Aranguren pidiendo, de buenos oficios, que revea los aumentos. Tarde. Al otro día la Justicia Federal ejecutó una medida con fuerte impacto político: frenó el aumento en el gas gracias a la intervención de una ONG y sin que el Estado provincial haya gestado algo. Cornejo tenía sobre su escritorio el escenario que se venía e, incluso, sabía que el valor real que se pagaba por el gas debía ser aún más alto según la visión del Gobierno nacional. La vio venir, pero no hubo reacción política.


El Gobierno nacional decidió resolver el atraso tarifario simplemente subiendo los valores, como quien vende caramelos. El gas es un servicio público indispensable y, como todos esos servicios, es monopólico. Solo hay un prestador, una tarifa impuesta y no hay chance. Por eso el Estado es el garante de la equidad en el acceso y la racionalidad en las tarifas. Para encontrar un equilibrio se requiere pericia política y de gestión.


La crisis del gas también sirve para marcar las diferencias que hay, y que se callan, en el Gobierno provincial. Por derecha y por izquierda, la alianza del gobierno marca sus diferencias. La vicegobernadora Laura Montero marcó enfáticamente su rechazo al aumento de tarifas, diferenciándose de Cornejo en eso. También lo hicieron los aliados de Libres del Sur. Ese sector se mantiene en una delgada línea de apoyar a Cornejo y rechazar a Macri, el aliado del Gobernador. En Mendoza Libres del Sur maneja áreas sensibles, como emergencia social.


Detrás de escena, Cornejo y Macri podrían terminar agradeciéndole a la Justicia Federal. La magnitud del aumento se iba a multiplicar en los próximos meses y probablemente miles de usuarios no iban a pagar y se quedarían sin servicio. Una  bomba de tiempo. La medida judicial apagará en parte esa bronca cuando se refacture (siempre y cuando la Cámara no revierta el fallo). Así, salvando las distancias,  la jueza Olga Pura de Arrabal podría ser a Cornejo y Macri lo que Cobos fue al kirchnerismo con su voto “no positivo”: en ese caso aunque no hayan estado de acuedo, la “traición” del ex presidente sirvió para descomprimir una situación de tensión extrema en la calle.