Jóvenes y ancianos: no estaban obligados, pero votaron por convicción
Ni el frío, ni el partido semifinal de Argentina en el Mundial de rugby pudo detener a muchas personas que a pesar de no estar obligadas a votar, asistieron a los comicios.
Entre ellos está Juan Martín, un joven rugbier de 17 años que decidió ir a emitir su voto bien temprano en la escuela Vélez Sarsfield de Guaymallén. “Vine porque me preocupa mi futuro y el de mi patria”, declaró el joven a la salida del colegio donde votó vestido con su camiseta rosa y azul del Stade de France. A pesar de no ser obligatorio para su edad, el chico no dudó en asistir a emitir su voto, aunque faltaban pocos minutos para el partido de Los Pumas. “Vivo a unas cuadras de acá y vamos a juntarnos en mi casa con unos amigos y gente del club”, manifestó Juan Martín, que juega hace cuatro años al rugby en Marista.
A su vez, el joven, en una de sus primeras experiencias electorales denunció una irregularidad. “No había boletas de Macri”, argumentó.
También hubo personas mayores de 70 años que decidieron sumar sus votos. Entre ellas, las amigas Amanda y Norma. Las señoras, de 70 años, asistieron a votar en la mañana a Murialdo, en Guaymallén. Amanda lleva del brazo a Norma, a quien han operado hace dos días de cataratas y camina con bastón. “Podría no haber votado, porque no es obligatorio para mí, pero lo creo necesario”, argumentó Amanda. Mientras, Norma se quejó de la luz, ya que por su operación le molesta la claridad. “No veo nada, pero estoy segura que voté al que quería votar”, comentó, entre risas, la mujer.
El señor Salomón, con sus 89 años, se vistió de traje, se puso tapado y bufanda y fue bien temprano a votar a la escuela Patricias Mendocinas. “Siento una necesidad especial de participar en este evento. Ya que estuvimos mucho tiempo sin poder votar. Es importante que uno venga con tranquilidad”, manifestó.
Ana tiene una discapacidad motriz, pero, a pesar de su dificultad, pudo desplazarse en su silla de ruedas hasta el lugar de votación. “Vine a votar porque me parece muy importante que haya un cambio. Creo que las cosas están muy revueltas y mi voto suma”, confió.
Laura, por su parte, fue bien temprano a votar con sus dos hijos pequeños a la escuela Borghi del barrio Cano. “Tengo una satisfacción independientemente del hecho de venir a votar. Este ha sido un año intenso. A mis chicos, no tenía con quién dejarlos, quería que ellos vieran, participaran, inculcarles la importancia de esto. Yo voté por ellos”, comentó la mamá, quien llevaba a María Luz en brazos, y Faustino jugaba en el suelo.
Al igual que Laura, Carlos asistió con Sofía. “Nos bañamos bien temprano y vinimos en familia. Siempre vengo temprano, aunque es la segunda vez que voto acá”, comentó el hombre que llevaba de la mano a su hija.