Los pibes de los cartones

En Mendoza, como en el resto del mundo, el fenómeno del “Magic” está en plena expansión. ¿Qué es este juego de cartas que fascina a miles de personas de todas las edades?


Puede ser un viernes o sábado cualquiera. El día puede estar soleado, o quizás hace frío. Pase lo que pase, hay algo seguro: habrá un grupo de personas “encerradas” en la galería Mendoza, y estarán haciendo lo que más les gusta, jugar Magic.


“Magic: el encuentro” es un juego de estrategia con cartas coleccionables que fue publicado por primera vez hace más de 20 años, y que hoy goza de más popularidad que nunca. La premisa del juego es simple: hay dos jugadores que se enfrentarán entre sí, e intentarán hacerle perder al oponente 20 vidas, utilizando cartas de diferente tipo. Hay miles de maneras de conseguir ese objetivo, y esa diversidad es la que atrae a un público tan variado como fanático.



En Mendoza, las cartas se consiguen en varios locales céntricos, entre los que se encuentran las comiquerías Nippona y Planeta Comics, pero para jugar, la mayoría de los adeptos se dirige a Locura Magic, ubicado en el corazón de la galería Mendoza. Allí es donde se organizan los torneos competitivos, y todos los fines de semana decenas y hasta cientos de jugadores se congregan para “jugar a los cartones”.


Hernán Llugany, propietario de Locura Magic, estimó que en nuestra provincia hay entre 600 y 700 jugadores de Magic, y que por lo menos 250 están activos. Como jugador, reconoce que durante los últimos años hubo una suba en el nivel del juego local, impulsada por internet, y como dueño de la tienda asegura que la crisis no afectó a los fanáticos de las cartas.


 


“Internet sirvió mucho para que se conozcan mazos nuevos, y los precios de las cartas, lo que facilita el intercambio”, explicó. El Magic ocupa miles de páginas web, en las que se discuten estrategias, mazos, formas de juego y se da el precio actual de las cartas, que es muy variable. Sobre la crisis, aseguró que los jugadores siguen consumiendo lo mismo que antes, a pesar de que los precios se multiplicaron durante los últimos años.


Los pibes de los cartones



El grupo de jugadores de Magic es heterogéneo. Las edades varían desde los diez a los “treintaytantos” años, y son estudiantes, profesionales, algunos están en pareja, otros solteros y otros ya tienen hijos. Las historias sobre cómo comenzaron a jugar son, generalmente, similares. “Unos chicos estaban jugando en la escuela y quise saber qué era”, “me lo regalaron mis viejos para las fiestas”, “mi hermano jugaba y al final yo también me prendí”, son algunas.


Un caso especial es el de Luis Vargas, que retomó el Magic hace poco, y juega con su hijo Mauro. “Tenía cartas viejas de cuando empecé a jugar, y con esas aprendió”, relató Luis. “Debe haber empezado cuando se interesó en la lectura, a los seis o siete años”, agregó. A pesar de sus 13 años, Mauro compite como cualquiera, y en más de una oportunidad llegó a hacer “Top 8” en un torneo.


El “vicio” puede durar muchos años. No es raro ver a jugadores que siguen barajando mazos después de 10 o 15 años. Los más apasionados se esfuerzan por pulir su juego y conseguir éxito en la escena competitiva, ya que, a nivel profesional, los premios de los torneos son de miles de dólares.



Uno de esos jugadores es Danilo Sendra, uno de los mendocinos más exitosos dentro del Magic. Entre sus logros se encuentra el haber jugado dos Mundiales, uno en San Diego (2011) y otro en Indianápolis (2012), algo que describe como “una experiencia increíble”. Danilo, que lleva jugando al Magic más de la mitad de su vida, reconoce que, con el incremento de responsabilidades, es imposible mantener el ritmo que llevó para prepararse para esos torneos. “El mes anterior a los mundiales jugaba ocho horas por día”, recordó.



“Casi la mitad de mis amigos los conocí con el Magic”


Actualmente sigue jugando de manera competitiva y consigue buenos resultados en los torneos, pero ya no le dedica al juego el tiempo que alguna vez le dedicó. A pesar de haber viajado gracias a las cartas, Danilo, como muchos otros jugadores, destaca que lo que mejor que sacó de los años que lleva jugando son los amigos. “Casi la mitad de mis amigos los conocí con el Magic”, puntualizó.


Ese sentimiento es compartido por Agustín Costarelli, un juez que además es el planificador de los torneos. Dentro del Magic, los jueces son quienes se encargan de asegurarse de que se respeten las reglas dentro de los partidos, así como también de aclarar situaciones confusas.


A sus 21 años, Agustín es uno de los jueces más jóvenes del interior. “Juego desde los 12 años, y desde el comienzo me interesó la complejidad de las reglas”, contó, “y me decidí a ser juez cuando comencé a ayudar en la organización de los torneos”, agregó.


Las mujeres también


Yamila es una de las tantas jugadoras de Magic de Mendoza. Si bien no es algo común, cada vez más chicas se acercan a las comiquerías para empezar a armar sus mazos.


Estudiante de biología, comenzó a jugar luego de ver que algunos compañeros lo hacían. Su caso es diferente al de muchas de las otras jugadoras, que llegaron al juego de la mano de sus parejas. Sobre la poca cantidad de mujeres que hay en relación a los hombres, Yamila opinó que es una cuestión cultural, ya que a las mujeres “no las hacen interesarse por la lógica”, algo que no pasó en su caso ya que “me crié con varones”.