Una vuelta por la mendocinidad, que genera amores y odios

La exitosa película Road July desnudó la mendocinidad que llevamos adentro.


Primer acto. La película Road July, escrita y dirigida por Gaspar Gómez, hizo su estreno comercial hace un par de años en las salas de Cinemark de Palmares. Antes de eso, se dio el lujo de recorrer festivales internacionales, entre los que se destacan Mar del Plata, Toulouse y New York. “Es un viaje a la paternidad para ser disfrutado en familia. Es una película con buen ritmo y con mucho humor” dijo Gaspar en la previa de aquella presentación. La película cuenta la historia de un hombre que conoce a su hija July cuando ella tiene diez años y se ve obligado a llevarla a San Rafael en un viejo (pero re manso) Citroën. La película, gracias a la gran convocatoria de espectadores, se quedó entre 13 y 14 semanas en la cartelera.

Segundo acto. Road July se vende junto a un diario local. La promoción (con un cupón, más no me acuerdo cuánta plata) se agotó casi casi al toque. Edición especial, disco doble, DVD con escenas eliminadas, documental de filmación, video clip de "Algo de vos" de Maxi Amué, más CD con el soundtrack de la película. En los kioscos, a sólo $39. Copado.

Tercer acto. Road July se estrena en televisión abierta en Mendoza. “La película mendocina que cruzó las fronteras y llegó a Festival de Málaga, que fue presentada en Estados Unidos y que se estrenó en las salas comerciales se transmite hoy a las 22.30” decía la promo de Canal 9. ¿Cómo se llama la obra?

La mendocinidad esa que no podemos explicar muy bien porqué. Las redes sociales sirvieron para desnudar el pulso de esa güevada que tenemos, que no nos deja disfrutar al todo. “La verdad es que es la segunda vez que la veo y es muy buena, lo único es que ahí puede verse lo chilenos que somos para hablar” decían en Twitter. “Para hacer Road July eligieron a los actores más chuncanos” tiraba otro. Gaspar Gomez, director de la película, se sumó al debate: “Pasó Road July por la TV local y despertó amores y odios en las redes. O la aman u odian escuchar como hablamos y que haya un chileno (por Francisco Carrasco)”. Es la mendocinidad que genera amores y odios. Amores, porque a muchos nos encanta Mendoza. Odios, porque muchos otros no pueden disfrutarlo. Ni con los pergaminos de la popularidad en la mano se logra zafar de esto. El maipucino Mike Amigorena también lo marcó, a su manera, hace como tres años, cuando disfrutaba las mieles de “Los Exitosos Pells”. Fue en la previa de "La noche antes de los bosques", la obra de Bernard- Marie Koltès que lo tuvo en las tablas del Independencia. "No quiero prejuzgar. Mendoza tiene sus estructuras y sus quiebres. Igual, yo siento que nunca me fuí. Llego y me salta a full la tonadita y las costumbres mendocinas, la siesta, el vinito, la familia... Me permito fracasar, no le tengo miedo a los altibajos”, remarcaba el (por ese entonces) Exitoso Pells. Será por su ubicación, por su clima, u otros rasgos que hacen que Mendoza y los mendocinos no sean profetas por acá, donde topa la Ruta 7 con la montaña.

“Dicen que la nena de Road July (Federica Cafferata) se fue a grabar a Colombia. Dicen que una directora la conoció en un festival en Nueva York, donde se presentó la película mendocina… ¿Grosa la guacha, ah?” le decía un tomador de café a otro, en pleno centro. Esa capacidad, esa cosa re profesional, que a la nena, a la Federica, le llegó sin la necesidad de andar podando los laureles que tanto nos cuestan otorgarles a los grosos de por acá. Y apareció otra vez, por las redes sociales, Gaspar Gómez: “Road July en Canal 9 pasó los 24 puntos de rating ¿Entonces a Mendoza sí le interesa ver productos propios? Me habían dicho otra cosa”. Por las dudas recurrimos a la mirada externa de un diario como Página 12, para ver que piensan de nosotros: “Todo esto en Mendoza, porque la película es mendocina y está muy bien que sea así. Con imágenes del interior realizadas por su misma gente. Nada de tontería turística ni de paisajes de tarjeta postal. Se trata de contar una historia”. Manso. Un flash la crítica. Tan simple como eso. Una historia que tiene que ver con nosotros, como la historia de la mendocinidad que despierta amores y odios, con lo moqueros que somos para lustrar nuestros propios trofeos. Una historia que se repite desde siempre, desde que somos mendocinos…