Que se joda quien se tenga que joder

 El joder que representa una satisfacción íntima, un “hacer el amor” como identificación del acto sexual, está muy lejos de esto.


 
El joder que representa una satisfacción íntima, un “hacer el amor” como identificación del acto sexual, está muy lejos de esto. "Acabo de joder el jostick de la Play, ahora no funciona" es una vulgaridad que se refiere a estropear una cosa o impedir que un proyecto salga bien. Por este camino estamos más cerca. Sin duda que molestar o fastidiar, "me está jodiendo tanta caradurez; ¡deja de joder con tanto verso!", es un concepto mucho mas aproximado.
 
Al Ruso, nuestro amigo, el del lápiz mágico, lo jodieron así. “El problema fue el viernes por la mañana cuando quisimos volver a Mendoza con nuestros pasajes ya adquiridos anticipadamente, y en Retiro no nos atendían ni nos daban ninguna solución ni noticia al respecto. Estaba todo cerrado y habían tapado las boleterías con cartones. Nos trataron muy mal y hubo que salir a buscar donde quedarse. Encontramos un hotel más alejado de Palermo, porque en esa zona son re caros los hoteles. La cosa es que buscamos un hospedaje más barato por que veíamos que como venía la mano: nos íbamos a ir quedando sin plata pronto. Terminamos en un alojamiento de la calle Perón, muy humilde pero barato” relataba Mariano. El primer síntoma del joder que estaban por sufrir ya mostraba la cara.
 
Lo que pasó es que, por un momento, pensaron que nada puede ser para tanto. Hasta que el joder empezaba a tomar una forma definitiva: “No habían novedades de que el paro se levantara y el tiempo seguía transcurriendo. El dinero que llevábamos disminuía con cada comida (a pesar de que comíamos cosas baratas en algún carrito o roticería). Como el paro seguía y terminamos viajando a Lujan de Buenos Aires. Tengo unos familiares por allá y nos instalamos en su casa hasta tener más novedades. Recién el lunes a la noche se levantó la protesta, y temprano el martes nos fuimos a la Terminal de Lujan a cambiar los pasajes. Ahí no nos querían reconocer los boletos y nos decían que por el sistema de la empresa figuraban como ‘pasaje cerrado’. Según ellos, el sistema no les permitía cambiarnos el pasaje. A esa altura queríamos romper todo. Pero bueno, decidimos que lo mejor era ir de nuevo hasta Retiro y pelearla allá. Dos horas después ya estábamos de nuevo en Capital. Ahí nos habilitaron un boleto para las 3 de la tarde del martes. Pero ese colectivo nunca llegó a las 3 de la tarde, porque chocó con un camión y estuvo demorado en la policía. Recién arribó a la Terminal a las 20.30, y logramos el regreso a Mendoza. El bondi se metía en cada pueblito que pasaba, y en Mendoza terminó recién al mediodía”. Y la joda se casi casi se acabó.
 
En el regreso se acordó de la poca colaboración que le dieron cuando solicitó una mano. “Tranquilo, hay gente a la que le dan menos bola” le digo.
 
Esta semana, leyendo un informe sobre el temporal en La Plata, me di cuenta que hay situaciones que uno no puede asimilar si no las vive. Como el caso de una mujer que estaba con su esposo y sus hijos cuando el agua negra de la inundación la embistió y la obligó a buscar algún lugar alto donde no morir ahogada. Ella y su familia se pasaron la noche escuchando gritos allá afuera, en la oscuridad. Dice que en un momento nadie más gritó, que de golpe todo se volvió un silencio profundo y perfecto. Y entonces sintió que todos habían muerto. Que ahora les tocaba a ellos. “Siempre hay situaciones peores” agrego yo, para marcarle la diferencia entre un jodete y otro. Le digo al Ruso que, no les puede pedir respeto a los demás, a esos que no respetan ni en los extremos. Se estaban por morir, y nadie les dio pelota. Imaginate si el problema se limita a viajar o no. Jodete, no es para tanto.