El río Mendoza tiene sólo el 33 por ciento de su caudal normal
Las zonas más afectadas son el Gran Mendoza, el Este y el Valle de Uco. Por eso hay preocupación en los sectores rurales y productivos.
Según el último informe semanal del Departamento General de Irrigación, el Río Mendoza, por ejemplo, tiene un caudal de 21 metros cúbicos por segundo, sólo el 33 por ciento de la media histórica de ese curso de agua y más lejos de lo que ocurrió el año pasado. Incluso está por debajo de los pronósticos hechos para este año (a mediados de año ya se preveía una crisis por la falta de precipitaciones).
En ese contexto, el embalse Potrerillos no está “ahorrando” agua, porque se eroga más de lo que entra. Por eso, el dique está al 66 por ciento de su capacidad y va a bajar más cuando los requerimientos de riego aumenten. Hoy la baja en la cota del agua ya se nota fuertemente, pues en la orilla del lago se pueden notar cientos de metros de barro, donde antes había agua.
En la cuenca del Río Tunuyán la situación es similar. Ese río tiene también solo un 30 por ciento de su capacidad promedio en estos momentos, con 14,5 metros cúbicos por segundo de caudal.
El pico de “escurrimiento”, es decir de aumento del caudal de los ríos, se espera para los meses de diciembre y enero, cuando la nieve acumulada de derrite. Pero este año ese aporte será mucho menor.
La ley de aguas de la provincia indica que el uso prioritario de ese recurso es el humano. Por eso se estima que no faltaría “agua cruda” para ese destino, aunque sí se generan inconvenientes en el proceso de potabilización por la falta de infraestructura. Por eso, por ejemplo, la empresa Aguas Mendocinas comunicó que la situación es “muy crítica” para las zonas abastecidas por las plantas Benegas, Alto Godoy y Potrerillos.
Los que más preocupados están son los productores, porque no saben con claridad con cuánta agua van a contar en los próximos meses, pues a ellos sí se les puede restringir.