Dos conocidas billeteras virtuales suspendieron la venta de dólar oficial y despertaron el pánico
El mercado cambiario volvió a sacudirse este lunes con la noticia de que Mercado Pago y Cocos Capital, dos de las principales billeteras virtuales, suspendieron la venta de dólar oficial. La medida se conoció por la tarde, en paralelo a una jornada de tensión en la que la divisa cerró a $1.400 en el Banco Nación, con una suba del 1,4%.
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"A pedido de nuestro proveedor de dólar oficial pausamos temporalmente dicha operatoria", explicó Ariel Sbdar, CEO de Cocos Capital, alrededor de las 16.30. El directivo aclaró que la fintech continúa operando con dólar MEP y que el resto de sus servicios se mantiene disponible.
Según confirmaron fuentes del mercado, el proveedor en cuestión es el Banco Industrial (BIND), que decidió cortar la conexión digital (API) utilizada por las plataformas para ofrecer la divisa oficial. "Suponemos que alguien los llamó", deslizó un operador financiero sobre las razones detrás de la repentina decisión.
La situación también afectó a Mercado Pago, la billetera virtual más usada en Argentina y perteneciente a Mercado Libre, aunque ni la compañía ni BIND emitieron comentarios oficiales hasta el momento.
En medio de las especulaciones, desde el Banco Central buscaron despejar dudas. "No hubo cambios normativos", aclararon voceros de la entidad. Recordaron además que la compra y venta de dólares "solo puede realizarse a través de bancos y casas de cambio autorizadas" y que no está permitido tercerizar las operaciones.
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Un referente del sector financiero sumó otra interpretación: "No había impedimentos regulatorios, había contratos firmados entre las empresas. Entiendo que esto es parte del desarme del rulo: no alcanzó lo que hicieron el viernes y ahora buscan frenarlo también desde las billeteras, donde se opera muy fácil. Pero no parece una medida justa porque en los bancos se puede seguir operando".
La decisión deja al descubierto una nueva grieta en el mercado cambiario, donde las reglas formales parecen intactas, pero las presiones informales alteran la dinámica de actores clave. Mientras tanto, la incertidumbre crece entre usuarios y operadores, a la espera de definiciones más claras en un escenario cada vez más volátil.