Quién es Pilar Ramírez, la ex ultra kirchnerista que eligió Milei como jefa de campaña de LLA
La derrota de La Libertad Avanza en las elecciones legislativas bonaerenses del 7 de septiembre dejó heridas abiertas, pases de factura y reclamos internos. El mal desempeño, que significó más de 13 puntos de diferencia a favor de Fuerza Patria, derivó en cuestionamientos al rol de los armadores de campaña, especialmente Eduardo "Lule" Menem y Sebastián Pareja.
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Uno de los más duros fue el streamer Daniel Parisini, conocido como "El Gordo Dan", quien pidió públicamente la salida de ambos dirigentes, señalándolos como responsables directos de la catástrofe electoral. Aunque Menem no fue desplazado formalmente, perdió peso en la mesa de coordinación política.
En ese contexto, Karina Milei promovió a Pilar Ramírez como nueva figura clave en el armado nacional. Abogada, con experiencia en el sector privado y un largo recorrido por distintas áreas del Estado, Ramírez deberá articular con los jefes de campaña provinciales y darle un nuevo impulso a la estrategia electoral rumbo a los comicios del 26 de octubre.
Su trayectoria política se remonta a su paso como asesora de la senadora peronista María Laura Leguizamón. Luego, Daniel Scioli la convocó al Banco Provincia, donde coordinó programas de asistencia a ONG. Posteriormente, bajo la gestión de Julio Alak y luego de Mariano Recalde, ocupó la gerencia de marketing en Aerolíneas Argentinas. Durante el gobierno de Mauricio Macri fue despedida y entabló un juicio laboral contra el Estado que finalmente ganó.
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En 2023 se acercó a La Libertad Avanza de la mano de su pareja, Darío Wasserman, actual vicepresidente del Banco Nación y figura reconocida en el sector inmobiliario. Ese mismo año fue candidata a legisladora porteña y fortaleció su vínculo con Karina Milei, con quien consolidó una relación política de confianza.
La llegada de Ramírez a un rol central no está exenta de tensiones. Dentro del espacio libertario se la vincula con el desplazamiento de Ramiro Marra y con una rivalidad abierta con el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, a quien ha criticado en público.
Ahora, con derrotas acumuladas en el Congreso y el mal resultado en la provincia más poblada del país, el oficialismo deposita en ella la responsabilidad de intentar dar vuelta el tablero electoral en octubre. Su designación busca mostrar músculo político, capacidad de articulación y un nuevo estilo de conducción tras el fracaso en Buenos Aires.
La interna, sin embargo, sigue latente: la presión de las bases y de referentes mediáticos como Parisini marca que los cuestionamientos no cesarán fácilmente. La apuesta a Pilar Ramírez es, en definitiva, una jugada de alto riesgo para un oficialismo que no puede permitirse otra derrota contundente en las urnas.