José Alperovich cumplirá prisión domiciliaria tras ser condenado por abusar de su sobrina
José Alperovich, ex gobernador de Tucumán, condenado a 16 años de prisión por abuso sexual, comenzará a cumplir su pena en arresto domiciliario tras una resolución judicial dictada por el juez Juan Ramos Padilla. La medida fue tomada luego de varios pedidos presentados por la defensa, que argumentó razones de salud y edad avanzada.
El INDEC reveló la fortuna en dólares que los argentinos mantienen bajo el colchón
La decisión llega apenas semanas después de que Ramos Padilla lo hallara culpable de nueve hechos de abuso sexual, seis de ellos con acceso carnal, cometidos entre fines de 2017 y marzo de 2018. Los delitos fueron denunciados por una sobrina del ex funcionario y ocurrieron tanto en Tucumán como en la Ciudad de Buenos Aires.
El magistrado dispuso que el arresto domiciliario se cumpla en un departamento del barrio porteño de Puerto Madero, precisamente uno de los lugares señalados por la denunciante como escenario de los primeros abusos.
Además, Alperovich deberá cumplir estrictas condiciones: portar una tobillera electrónica, pagar una caución real de 400 millones de pesos y abstenerse de cualquier tipo de contacto con la víctima y su entorno.
En su fallo, Ramos Padilla aclaró que la prisión domiciliaria "no constituye un privilegio ni un acto de compasión", sino que responde al marco legal vigente. Alperovich había estado detenido desde el 18 de junio de 2024, cuando se dictó la condena en su contra, y la defensa ya había presentado varios pedidos de morigeración que habían sido rechazados.
PyMES en picada: cerraron más de 12 durante el primer año de Javier Milei
La causa generó repercusión nacional, no solo por la gravedad de los delitos, sino también por la figura política del acusado. Durante el juicio, el tribunal destacó que los abusos se cometieron "aprovechando una relación asimétrica de poder", tanto por el vínculo familiar como por su rol político. En los fundamentos de la sentencia, Ramos Padilla remarcó la conducta de la denunciante, a quien definió como "ejemplar, guiada no por afanes de venganza, sino por la búsqueda de justicia y verdad".
Además del monitoreo electrónico, se le prohibió a Alperovich referirse pública o privadamente a la denunciante -identificada como MFL- o a su familia, ya sea de forma directa o indirecta, por cualquier medio.