Confirmaron cuántos años de cárcel arriesga el joven acusado de matar al comerciante de Godoy Cruz

Ángel Gastón Buenaventura, de 18 años, quedó formalmente acusado de cometer el crimen del propietario del lugar donde trabajaba, en el barrio Trapiche.

La fiscal Florencia Díaz Peralta, recientemente incorporada a la Unidad Fiscal de Homicidios, imputó al joven por el delito de homicidio agravado por ensañamiento, una figura penal que contempla la particular violencia con la que fue cometido el hecho.

Según indicaron desde el Ministerio Público Fiscal, "la acusación incluye la existencia de un ataque con saña, lo que agrava sustancialmente la situación procesal del acusado".

Buenaventura, que cuenta con la asistencia del abogado particular Juan Manuel Quijano, decidió no prestar declaración en esta instancia del proceso judicial. 

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Esta decisión cobra relevancia debido a que una de las hipótesis que se investiga apunta a que el joven habría actuado en defensa propia, en el marco de una discusión o enfrentamiento con su empleador, aunque todavía no se conocen detalles precisos sobre lo ocurrido esa noche.

El caso quedó orientado contra el empleado a partir de una serie de pruebas recolectadas por los investigadores. Testigos confirmaron que Buenaventura fue la última persona que estuvo con la víctima el domingo por la noche, mientras ambos trabajaban en el local de comidas rápidas "Gran Pancho", ubicado en calle San Martín 2.505, en el barrio Trapiche de Godoy Cruz. Se trataba de una rutina habitual, ya que el comercio solía cerrar cerca de la medianoche.

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Horas después del cierre del local, Scattareggi no regresó a su domicilio, lo que alertó a su familia. Su hermano fue quien decidió acercarse al negocio al notar que no respondía los mensajes. 

Al llegar, encontró el vehículo de la víctima, un Toyota Etios, estacionado en la puerta, y observó que el local estaba cerrado con un candado manchado con sangre. Al ingresar, descubrió el cuerpo de Scattareggi en el baño del establecimiento, tendido en el piso con múltiples heridas de arma blanca. Inmediatamente dio aviso a la Policía.

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Las pericias realizadas en la escena del crimen confirmaron la brutalidad del ataque, algo que refuerza la calificación de homicidio agravado por ensañamiento. Paralelamente, otras pruebas comprometieron aún más al joven empleado. Horas después del crimen, Ángel Buenaventura fue atendido en el Centro de Salud N.º 31 de Luján de Cuyo por varios cortes en sus manos y brazos. Este dato fue incorporado por los fiscales como un indicio de su posible participación directa en el hecho.

Además, durante el allanamiento a la vivienda del acusado, ubicada también en Luján de Cuyo, se secuestraron varios elementos con manchas de sangre, entre ellos papel absorbente y prendas de vestir. Todos estos materiales están siendo analizados por el Laboratorio de Huellas Genéticas Forense del Ministerio Público Fiscal, con el fin de determinar si contienen ADN de la víctima.

Por el momento, el joven imputado seguirá detenido mientras se profundiza la recolección de pruebas y testimonios. La fiscal Díaz Peralta trabaja junto al equipo de la Unidad Fiscal de Homicidios en la reconstrucción de los hechos, mientras se espera por los resultados de los análisis forenses y periciales que podrían confirmar de manera concluyente la responsabilidad del acusado.

El asesinato de Federico Scattareggi generó gran conmoción en la comunidad de Godoy Cruz. Vecinos y conocidos del comerciante lo describieron como un hombre trabajador y afable, que llevaba adelante su emprendimiento gastronómico desde hace años. El caso, que en las primeras horas presentaba varias incógnitas, empieza ahora a tomar forma con las evidencias presentadas por la fiscalía y la acusación formal contra quien fuera su joven empleado.

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