Discutir, pensar, entender… con el diario del lunes
El fin
de semana que viene tenés que votar. Meter el sobre en la urna. Tengas o no
tengas ganas. Tengas o no tengas los planes más copados para ese domingo. La
vuelta al cole, pero con el aula envuelta en papel de diario.
- “¿Pero si no conozco a
ninguno de los candidatos?”
- “Ellos tampoco te conocen
a vos. Estás a mano”.
Pantalla,
sonrisas dentales, mucha promesa de Edén y de cataclismo. Será una semana donde
los candidatos, seguramente, multiplicarán sus apariciones. En todos sus
formatos. De los medios electrónicos y los diarios no se puede escapar. Menos
todavía de los afiches de campaña, esas gigantografías con leyendas que podrían
aplicarse a cualquier candidato.
- “¡No! ¡Yo no lo vote! Mirá
que voy a votar eso… ¡No soy tan gil!”
- “¡Hoy los jóvenes están
todos desorientados! Antes, al menos, nos equivocábamos con seguridad…”.
Ahora, ante la
“epidemia” de anuncios políticos, ¿quién podrá defendernos? El más optimista de
todos sabe que, igual, vamos a ser “invadidos” con todo éxito. Los vendedores
de Apocalipsis también tendrán su semana de apogeo. La cantidad de teorías e
hipótesis sobre “lo que puede pasar” superan la demanda. El mundo es uno solo,
y corrupción, y chantas, y necesidad de asustar a la población hay en todas
partes. Lo bueno es que para combatir eso están las boletas de cada partido… Pero
¿estarán en el cuarto oscuro? No, si van a estar atrás del retrato de San
Martín pegadas con un chicle.
- “A mí todos me defraudaron…”.
- “¿Votás en blanco?”
- “Hablo de las parejas que
tuve…”.
- “¡El que sigue!”
La política es
como un “crédito blando”. Si fuera un “crédito duro”, no entraría en el
bolsillo del caballero o en la cartera de la dama. Y menos en una urna. En todo
caso “lo duro” es tener que pagarlo. Lo cierto es que nadie saca un crédito
pensando en clavarse. En fin, querer ganar elecciones no es un crimen, sino un estímulo
básico de la democracia. Ganarlas no es un delito. Perderlas tampoco... Sería
más fácil analizar todo con el diario del lunes. Es mejor criticar, cuestionar
y argumentar a favor o en contra con el resultado definido. Lo más importante
es tomarse el trabajo previo, hacer “los deberes”, y dedicar el tiempo
necesario para discutir, pensar y entender.